domingo, 5 de mayo de 2013

MURGIALDAIO TXAKOLIÑA.

 Murgialdai recupera su pasado txakolinero


Aritz Galdos presentó en sociedad la cosecha vinícola que se cultiva en las viñas de Murgia. Está recuperando genotipos de uva que tenían en el viñedo histórico del caserío



04.05.13 - 00:19 - MARIAN GONZALEZ
OÑATI. 
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La falta de dinamismo que a menudo se achaca al sector primario nunca ha sido una característica del caserío Murgialdai. Los Galdos no son de estarse quietos, y lo han vuelto a demostrar recuperando su pasado txakolinero. El sueño viticultor de Aritz se está haciendo realidad. Ha hecho falta un lustro para ver su propio sello impreso en una botella, pero la espera ha merecido la pena.




La primera hectárea de su resurgir vitícola la plantaron el 2008, en 2011 llenaron de cepas 2,5 hectáreas más, y el pasado domingo presentaron en sociedad el fruto de las viñas que crecen en el barrio de Murgia, al resguardo de Haitzondo.



Lo hicieron en el gazteleku, en un acto que además de degustar el c aldo encuadrado en el sello 'Getariako Txakolina', explicaron los pormenores de esta aventura y las cualidades del vino obtenido en la bodega Ulacia de Getaria, y cuya comercialización, 5.000 botellas para esta añada, se apoya en el mimo y en el trato minucioso que Aritz y su familia han dado a las vides cultivadas en Murgia.



Los viñedos desaparecieron de este barrio rural hace unos 35 años, salvo los emparrados ornamentales y alguna que otra cepa centenaria olvidada , pero ahora han regresado con fuerza gracias al empeño de Aritz, que compatibiliza su actividad como docente con la explotación de un caserío en continua evolución.



Su padre ya montó una ganadería bovina para leche que sentó cátedra . Y ahora él ha querido imprimir su sello a la explotación dedicándose, a la viticultura. «Mi padre y mi abuelo se dedicaron exclusivamente al trabajo del caserío, yo abordo este proyecto más como un hobby que, además me permite honrar a mis antepasados, su vida giraba entorno al caserío, y ahora ese baserri da nombre al txakoli y aparece dibujado en la etiqueta» relata.



Desde finales del siglo XIX



«Estamos en periodo de recuperación de variedades o genotipos de vid que tenemos en el viñedo histórico de la casa» continúa orgulloso. Pretende así recuperar una actividad txakolinera «que se remonta muchas generaciones atrás».



La elaboración de este vino autóctono era una práctica bastante común en muchos caseríos. Aritz recuerda a su abuelo y a su padre elaborar txakoli para casa. Pero hay constancia anterior, desde finales del siglo XIX.



«Era un proceso de elaboración muy rústico, y el resultado era un txakoli excesivamente ácido». Todo lo contrario que 'Murgialdai' un vino «fresco, chisposo, afrutado y vivo» que quiere comercializar en las tiendas, bares y restaurantes de Oñati.



La cosecha del 2012 «ha sido excelente porque hizo un verano muy bueno» explica. El 7 de octubre, recogieron la uva entre los de casa, «a mano con mucho cuidado y cariño», y la llevaron a una bodega a Getaria donde la han tratado. La embotellaron en febrero y ya está lista para ser consumida. Murgialdai ya tiene su propia marca de txakoli.

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