sábado, 6 de julio de 2013

Un albergue en Arantzazu

Último verano sin albergue en Arantzazu


El patronato da el último empujón al proyecto que permitirá habilitar 46 camas en Gandiaga Topagunea. Las obras podrían arrancar definitivamente en otoño, atados los últimos flecos existentes en la financiación



06.07.13 - 00:44 - :: MARIAN GONZALEZ
OÑATI.  
Gandiaga Topagunea. El proyecto recoge un espacio de 413 m2 en una única planta :: MARIAN

El denominado turismo verde está en alza. Arantzazu y sus alrededores son todo un referente, y lo serán aún más cuando la oferta turística oñatiarra se fortalezca con un nuevo equipamiento: un albergue para grupos. No será este verano, porque las cosas de palacio van despacio, y no se prevé que las obras arranquen antes del otoño. Pero según fuentes franciscanas, se acaban de atar los flecos de financiación existentes, así que el proyecto despegará definitivamente este año.



Tal y como está el mercado financiero han sido los propios socios de la Fundacion Arantzazu Gaur quienes han decidido financiar con una aportación extraordinaria el acondicionamiento de un albergue para 46 personas en uno de los cubos vacíos de Gandiaga Topagunea.



Es un viejo proyecto. Desde que se que se inauguró el edificio Gandiaga se ha hablado del acondicionamiento de un albergue. Es más, el proyecto original ya reservaba un espacio de 248m2 para ello, que quedó sin acondicionar.



Esta opción ganó enteros tras la inauguración del Parketxe, y finalmente se hará realidad. El proyecto definitivo, las plazas, servicios, etcétera, se ha concretado en el marco de la oferta de educación ambiental y turismo de naturaleza del entorno: cuevas de Arrikrutz, bosque de Iturrigorri, Escuela de Pastores de Gomistegi, Parketxe y red de senderos.



Arantzazu constituye un emplazamiento repleto de atractivos. Paisaje, naturaleza y patrimonio histórico-artístico, confluyen para brindar toda una serie de posibilidades. Y precisamente para impulsar todo ese potencial, el Ayuntamiento, la Diputación y los franciscanos, junto a MCC y Kutxa decidieron aunar sus esfuerzos en el marco del proceso de renovación y revitalización de uno de los lugares más emblemáticos de Gipuzkoa.



En el caso concreto del albergue el Consistorio será quien se encargue de la gestión bajo la tutela de la Agencia de Turismo y Desarrollo como ocurre con Arrikrutz, aunque aún no se ha decidido el modelo concreto de gestión.



Lo que sí está definido ya es el proyecto. La propuesta redactada por Alonso, Hernández & Asociados, cuenta ya con la preceptiva licencia de obra, así que tras atarse la financión, el siguiente paso es sacar a concurso las obras, que tienen un presupuesto de 330.000 euros.



Turismo grupal



Atraer a un turismo joven, escolar y grupal que permita potenciar el esparcimiento en la naturaleza en torno a Arantzazu, el Parque Natural de Aizkorri y la cueva de Arrikrutz, complementándolo con el patrimonial, cultural, gastronómico y religioso de los alrededores del Santuario y el casco histórico. Este es el objetivo principal del albergue.



Se trata de diversificar la oferta existente en la villa con un alojamiento sencillo pensando sobre todo en colegios, udalekus, peregrinos y asociaciones montañeras. Oñati y Arantzazu llevan tiempo apostando por el turismo relacionado con la naturaleza, como prueba el lustro que ha cumplido Arrikrutz, o la más reciente apertura del Centro de Interpretación del Parque Natural de Aizkorri o la amplia red de senderos, y ahora la Fundación quiere dar un paso más.



El Ayuntamiento es uno de los que más fuerte ha apostado por este proyecto. Ya dejó claro cuando se constituyó el nuevo gobierno municipal, que los 60.000 euros de aportación anual deberían estar ligados a proyectos y objetivos concretos, y con esta filosofía han trabajo en sacar adelante el albergue.



El proyecto recoge un espacio de 413 metros cuadrados útiles en una única planta, que albergaría cuatro habitaciones con literas, tres aseos con duchas, una amplia zona común para sala de estar y comedor de 144m2, una pequeña cocina (17m2), un almacén (30m2) y un lavadero tendedero (de casi 7m2). Tres de las habitaciones serían de 13 plazas, y la cuarta de diez, y en cuanto a la zona de baños, uno sería adaptado a minusválidos.



El albergue tendría como servicios añadidos los del edificio Gandiaga Topagunea, ya que se ubicará justo encima del frontón, y sus inquilinos podrían hacer uso de este espacio y la zona de arkupes. En cuanto a la restauración habrá una cocina para que los usuarios que los deseen pueden hacerse la comida, y los quieran ir a plato puesto podrán elegir entre la rica oferta gastronómica de Arantzazu.



En un entorno idílico sus usuarios podrán disfrutar y desconectar de la rutina. A un paso de la montaña, con actividades diferentes y un encanto especial, el albergue puede convertirse en un alojamiento idóneo para salidas grupales que permitan aumentar el número de pernoctaciones y conocer mejor Oñati en programas estándar o personalizados, en función de los grupos. Se trata de seguir apostando por impulsar la renovación de Arantzazu, conjugando el respeto a la perspectiva global, histórica y espiritual del santuario con la ejecución de proyectos culturales, de la naturaleza, y servicios complementarios.

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