SAN PEDRO:Primer Papa, llamado también príncipe de los apóstoles, figura en primer lugar en todas las enumeraciones de apóstoles.
SANTO TOMÁS:Era de la ciudad de Galilea, pescador de profesión y llamado en varias ocasiones "el mellizo", o en griego "Dídimo".
SAN ANDRÉS:Hijo de Jonás, pescador, y hermano carnal de San Pedro, compartía con ellos la profesión de pescador.
SAN MATEO:Hijo de Alfeo, vivió en Cafarnaún, en el lago de Galilea. Es llamado Leví por los evangelistas San Marcos y San Lucas.
SANTIAGO EL MAYORHijo de Zebedeo y Salomé, llamado "el mayor" para distinguirlo de Santiago, el hijo de Alfeo.
SANTIAGO EL MENOR:Hijo de Alfeo. Aparece en noveno lugar en todas las listas de los apóstoles.
SAN JUAN:A San Juan se le distingue como "el discípulo amado" de Jesús. Era de la ciudad de Galilea, pescador de oficio, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago.
SAN FELIPE:Aparece en quito lugar en las listas de los apóstoles. Era originario de Betsadia, y de profesión pescador.
SAN SIMÓN:Era apodado "el Zelote" por haber pertenecido a esta secta o "el Cananeo" por provenir de Caná.
SAN BARTOLOMÉ:Su nombre significa "hijo de Talmai". Es mencionado en sexto lugar en las tres listas de los apóstoles que se encuentran en los Evangelios sinópticos...
SAN MATÍASFue elegido por los Once como apóstol para ocupar el puesto de Judas, tal como atestigua el libro de los Hechos.
MATÍAS EL APÓSTOL:
Matías el Apóstol era uno de los seguidores de Jesús de Nazaret.
Según los hechos de los apóstoles, fue elegido apóstol después de la muerte de Jesucristo para sustituir a Judas Iscariote. Su elección se realizó por sorteo.
Nombre y elección .
Discípulo de Jesús que, por la defección de Judas Iscariote, entró, a la muerte de éste, a formar parte del grupo apostólico. Su nombre significa regalo de Yahvé, lo mismo que el de Matatías (1 Mach 2,1) y Mateo. Todos ellos derivan de una dicción hebrea a la que se añade la forma apocopada del nombre de Yahvé, resultando mattityanu (Matatías), que a su vez se abrevia de dos maneras: mattay (Mateo) y mattiyctn (Matías). El entronque filológico y el significado de los dos últimos nombres ocasionó confusión entre los varios individuos de este nombre
Aparece Matías en el Nuevo Testamento cuando entró en el grupo de los Doce (Hechos 1,21-26). Según los requisitos exigidos en este texto Matías debió de ser un discípulo de la primera hora y, en términos generales, seguir, en compañía de los Doce, las incidencias de la vida y ministerio de Jesús, de cuyos hechos y doctrinas debía dar testimonio; lo cual da cierta verosimilitud a la noticia de Eusebio (Hist. Ecl., 1,12.3: PG 20,117) sobre la posibilidad de que Matías fuese uno de los «Setenta» (Lc 10,1). Tal vez fue testigo de la Resurrección de Jesús, y pudo presenciar alguna aparición del mismo.
A la muerte de Jesús, y a los pocos días de la Ascensión, San Pedro reunido con la comunidad cristiana (unas 120 almas) en Jerusalén explicó que, según estaba previsto en las Escrituras (Salmos 69:25), uno de los Apóstoles había prevaricado (Hechos 1:17-25), y que otro había de reemplazarle: "Sean sus días pocos, tome otro su oficio" (Salmos 109:8); por tanto, se imponía una elección. Se propusieron dos nombres: «José, por sobrenombre Barsaba, llamado Justo, y Matías». Se pronunció una oración dirigida al Señor para que manifestase su voluntad acerca de elección del nuevo Apóstol, lo mismo que antaño con la de los Doce primeros (Mc 3,13-19, par.), y se dejó al procedimiento de las suertes, corriente ya en el Antiguo Testamento (cfr. los 7,14.16; 14,2; lo 1,7), la manifestación de dicha voluntad. Ésta fue que la vacante de Judas la cubriese Matías.
¿Por qué «era necesario» nombrar uno para el puesto de Judas? Cuando Santiago el Mayor murió hacia el a. 44 (Hechos 12,2) no se nombró otro en su lugar, ni Pablo de Tarso fue nunca considerado su sustituto. Los «Doce Apóstoles» elegidos por Jesús lo son para el presente y para el futuro, cuando «juzguen (como nuevos «doce» patriarcas) las doce tribus de Israel» (Mt 19,28; Le 22,31); y por su número ellos expresan una plenitud que, en este caso, representa la plenitud del Pueblo de Dios. Por la primera razón, Santiago al morir no dejó ninguna vacante, no terminó su apostolado; mientras que la traición de Judas y su muerte sin arrepentimiento eficaz fueron interpretadas como una deserción, un «apartarse» (parabáinein; Hechos 1,25), un «dejar su lugar desierto» (Hechos 1,20); la necesidad de un nuevo Apóstol nacía no de la muerte de Judas sino de su deserción. Por la segunda razón, era necesario completar el número de «doce».
Actividad de Matías
Existen tradiciones, a veces contradictorias, acerca del resto de su vida. Nicéforo Calisto (Hist. Ecl., 11,40: PG 145,865) refiere lo siguiente: «Matías, que rellenó la docena, atracó en Etiopía primeramente, y después... de haber llevado las multitudes a Cristo, con ánimo valeroso, recibió la corona del martirio» (cfr. Clemente de Alejandría, Stromata, IV,9.71: PG 8,1281). Otras leyendas se encuentran en los Actos de Andrés y Matías.
Se le atribuyen tres escritos aprófigos:
a) un Evangelio de Matías al que se refiere orígenes: «corre también el evangelio según Tomás y el según Matías» (Hom. in Lucam, I: PG 13,1803). Un testimonio de Eusebio (Híst. Ecl., 111,25.6: PG 28,269) alude al mismo y algunos entienden que habla también de sus actos;
b) las Tradiciones de Matías, de las que Clemente Alejandrino cita tres sentencias (Stromata, 11,9.45: PG 8,981; 4.26: PG 8,1132; VII,13.82: PG 9,513; cfr. ib. IV,6.35: PG 8,1248 lo que se dice de Zaqueo o «Matías»). Estos dos escritos tal vez proceden de la primera mitad del s. II;
c) Clemente de Alejandría (Stromata, VII,17.108: PG 9,552) e Hipólito romano (Refutación, VII,20.1: PG (Orígenes) 16 (3 parte) 3.302) hablan de «palabras secretas» que Matías recibió del Salvador y comunicó a Basílides y otros gnósticos del s. II. La investigación no llega a establecer hasta qué punto estos tres escritos son una sola o diversas obras, ni si es Matías o Mateo el «escritor» del Libro de Tomás con sus «secretas palabras» proveniente de Nag Hamadi (cfr. J. Doresse, Les livres secrétes des gnostiques d'Égypte, París 1958). En los Acta Apostolorum Apocryphta, II,I,65-116, editados por M. Bonnet en Leipzig 1891-98 (reimp. 1959), figura en griego Los Actos de Andrés y Matías en el país de los antropófagos (¿obra del s. VI?)
Se dice que las reliquias de Matías fueron, por encargo de Santa Elena, llevadas a Tréveris, ciudad de la que es Patrón, y donde se venera su tumba en la abadía dedicada al Santo. También hay reliquias en Roma (Santa María Mayor) y en Padua (Santa Justina),también en la Iglesia de San Pedro en Lima,Perú. Es también Patrón de los carniceros y de los arquitectos. En otros tiempos fue popular en diversas zonas de Alemania. Su fiesta se celebra en la Iglesia latina el 14 de mayo; en la griega, el 9 de agosto.
SAN BARTOLOMÉ:
San Bartolomé, cuyo nombre significa "hijo de Talmai" (nombre hebreo antiguo) es mencionado en sexto lugar en las tres listas de los apóstoles que se encuentran en los Evangelios sinópticos (Mt 10, 3; Mc 3, 18; Lc 6, 14) y en séptimo lugar en la lista de los Hechos (Hch 1, 13)
El nombre de Bartolomé podría no ser propio, sino que puede habérsele agregado para distinguirlo como "hijo de Talmai". Muchos eruditos lo identifican con Natanael (Jn 1, 45-51) dado que, como se dijo, Bartolomé puede no ser un nombre propio. Además el nombre Bartolomé nunca aparece en el Evangelio de San Juan, y Natanael no se menciona en ninguno de los Evangelios sinópticos. Por otro lado, en las listas de Mateo y Lucas está junto a Felipe, lo que concuerda con el hecho, narrado por San Juan, de que Felipe era un viejo amigo de Natanael y fue él quien se lo presentó a Jesús (Jn 1, 45).
Natanael también se encuentra en la aparición de Cristo resucitado en la costa del mar de Tiberiades, junto con varios apóstoles cuyos nombres son mencionados, "y otros dos discípulos" (Jn 21, 1ss). La palabra "apóstol" no aparece en el Evangelio de San Juan, y siendo que en este Evangelio San Juan se refiere a los apóstoles corrientemente como "discípulos", Natanael es, pues, uno de los Doce, al que los Evangelios sinópticos llaman Bartolomé. En efecto, en el Evangelio de la fiesta de San Bartolomé (Jn 1, 45-51) se narra el llamado de Natanael.
Según el martirologio romano, San Bartolomé predicó en la India y en Armenia, donde sufrió el martirio. Fue desollado vivo, y luego decapitado por el rey Astyages. De acuerdo a la tradición, este martirio ocurrió en Abanopolis, en la costa occidental del Mar Caspio, después de haber predicado también en Mesopotamia, Persia y Egipto. A causa de su martirio, a menudo se le representa en el arte como despellejado y teniendo su propia piel en la mano, tal como en el "Juicio Final" de la Capilla Sixtina.
Las reliquias de San Bartolomé fueron enterradas en la isla de Lipara. Eventualmente fueron trasladadas a Benevento, Italia, y luego fueron llevadas a Roma por orden del emperador Otón III, en el siglo X. Ahora se encuentran en la iglesia de San Bartolomé, en la "Isola San Bartolomeo" del río Tiber. Su cráneo se venera en Francfort del Main, ciudad alemana de la que el Apóstol es patrono.
La fiesta de San Bartolomé se celebra el 24 de agosto. Se le suele representar llevando un cuchillo, instrumento de su martirio.
SAN SIMÓN:
Era apodado "el Zelote" por haber pertenecido a esta secta (Lc 6, 15) o "el Cananeo" por provenir de Caná (Mc 3,18). En la lista de los apóstoles (Hch 1, 13) ocupa el décimo lugar. La tradición señala que predicó en Egipto, y que sufrió el martirio en Persia, donde murió junto con San Judas Tadeo. Sabemos que fue sepultado ahí gracias a San Fortunato, obispo de Poitiers en el siglo VI. Entre los siglo VII y VIII ya existía una iglesia dedicada a Simón en Nicopsis, en la costa del mar muerto.
Se le representa con una sierra pues la tradición recoge que fue muerto aserrándolo de por medio por los adoradores del sol en Persia. Su fiesta se celebra el 28 de octubre, junto con la fiesta de San Judas Tadeo. Es patrono de los aserradores y de los tintoreros, ya que según la tradición, él mismo era tintorero.
SAN FELIPE:
San Felipe aparece en quito lugar en las listas de los apóstoles (Mt 10, 3; Mc. 3, 18; Lc 6, 14; Hch 1, 13). Era originario de Betsadia, y de profesión pescador. Junto con Andrés, son los únicos que tienen nombres griegos entre los apóstoles
San Felipe es llamado por el Señor al grupo de sus discípulos al día siguiente de haber llamado a Andrés, Juan y Pedro (Jn 1, 43-44). San Felipe es quien invita a Natanael a conocer al Señor (Jn 1, 45). Tiene otras intervenciones significativas en el Evangelio. El día la multiplicación de los panes el Señor, para probarlo, se dirige a él preguntándole dónde comprarían pan para tanta gente (Jn 6, 5-7). Es a San Felipe a quien se dirigen los extranjeros deseosos de conocer al Señor (Jn 12, 20-22) y es él el que le pide al Señor en la última cena que le "muestre al Padre" (Jn 14, 8-11)
San Felipe se dedicó a predicar en las regiones de Frigia, actualmente Turquía, y Escitia, actualmente Moldavia, Ucrania, Hungría y el este de Rusia. Fue martirizado y muerto en Hierápolis. Su martirio consistió en ser crucificado y apedreado. Posteriormente sus reliquias se trasladan a Roma.
Su fiesta se celebra el 3 de mayo, junto con la fiesta de Santiago el Menor. Ambos apóstoles comparten la fiesta debido a que, en el siglo IV, el Papa Julio II edificó en Romauna gran basílica, que más tarde se conocería como la "Basílica de los Doce Apóstoles". El templo fue remodelado en los siglos VI y XV. Hasta entonces podía leerse una dedicación a Santiago y Felipe. En 1873 se descubre bajo el altar mayor un altar del siglo VI, conteniendo reliquias de dos esqueletos. Un trozo de diente encajaba perfectamente con otro en la reliquia de la cabeza de Santiago, conservada en la catedral de Anco. Como la iglesia había sido dedicada a Santiago y a Felipe conjuntamente, se concluyó que el otro cuerpo era el de San Felipe. La iglesia había sido dedicada un 1 de mayo, y esa pasó a ser la fiesta común de ambos apóstoles, siendo trasladada en 1969 a la fecha del 3 de mayo
SAN JUAN:
A San Juan se le distingue como "el discípulo amado" de Jesús. Era de la ciudad de Galilea, pescador de oficio, hijo de Zebedeo y hermano de Santiago. Junto con su hermano, ambos eran apodados "hijos del trueno" por el Señor Jesús, debido a su carácter impetuoso. Participó con Pedro y Santiago en los episodios más significativos de la vida del Señor. En la Última Cena recostó su cabeza en el pecho de Cristo, por ello se le llama en griego "Epistehios", que quiere decir "el que está sobre el pecho". Autor de tres cartas, de uno de los Evangelios y del Apocalipsis, es llamado "el Teólogo" por la profundidad de sus escritos.
Era el más joven de todos los apóstoles. Sobrevivió a todos los demás, y fue el único que no murió martirizado. San Juan fue el único de los apóstoles que estuvo al pie de la cruz junto a la Virgen María, recibiendo del Señor el sublime encargo de tomar bajo su cuidado a la Madre del Redentor. Entre todos los hijos adoptivos de Santa María, San Juan fue el primero (Jn 19, 25-27). Luego de la resurrección, fue testigo junto a San Pedro del sepulcro vacío (Jn 20, 8). San Pablo, en su carta a los Gálatas, lo menciona como una de las "columnas de la Iglesia" (Gal 2, 9).
San Ireneo, quien fue discípulo de San Policarpo, que a su vez fue discípulo de San Juan, nos dice que dicen que se estableció en Efeso después del martirio de San Pedro y San Pablo, pero es imposible determinar la época precisa. Según la tradición fue llevado a Roma, donde por orden del emperador Domiciano fue echado al aceite hirviendo cerca de la Puerta Latina. Milagrosamente salió ileso del suplicio y fue desterrado a la isla de Patmos, donde escribe el Apocalipsis.
Después de la muerte de Domiciano, en el año 96, San Juan pudo regresar a Efeso, y es creencia general que fue entonces cuando escribió su Evangelio. Dice San Jerónimo en sus escritos que, cuando San Juan era ya muy anciano y estaba tan debilitado que no podía predicar al pueblo, se hacía llevar en una silla a las asambleas de los fieles de Efeso y siempre les decía estas mismas palabras: "Hijitos míos, amaos entre vosotros..." Alguna vez le preguntaron por qué repetía siempre la frase, respondiendo San Juan: "Porque ése es el mandamiento del Señor y si lo cumplís ya habréis hecho bastante".
La errónea creencia de que San Juan, durante los últimos días de su vida en Efeso, desapareció sencillamente, como si hubiese ascendido al cielo en cuerpo y alma puesto que nunca se encontró su cadáver, una idea que surgió sin duda de la afirmación de que aquel discípulo de Cristo "no moriría", tuvo gran difusión aceptación a fines del siglo II. Por otra parte, de acuerdo con los griegos, el lugar de su sepultura en Efeso era bien conocida y aun famosa por los milagros que se obraban allí.
San Juan murió pacíficamente en Efeso hacia el tercer año del reinado de Trajano, es decir hacia el año cien de la era cristiana, cuando tenía la edad de noventa y cuatro años, de acuerdo con San Epifanio.
Casi siempre se le representa como un joven sin barba y de pelo largo, por haber sido el más joven de todos los apóstoles. Sin embargo, y sobre todo en Oriente, a veces aparece representado por un anciano de barba blanca debido a que fue el apóstol que más edad alcanzó.
Muchas veces lleva una pluma y un rollo donde se lee el principio de su Evangelio ("In princípio erat Verbum", "En el principio era el Verbo"). Su atributo de evangelista es el águila, debido a su visión mística elevada. Este atributo es muy antiguo, y el más común de los que identifican a San Juan. Son populares también sus representaciones en la Última Cena, recostándose en el pecho de Jesús; y en el Gólgota, junto a María, al pie de la cruz de Jesús.
Otra representación muy antigua pero de origen extrabíblico muestra a San Juan con una copa entre sus manos, de la cual sale una serpiente. El origen de esta representación es un apócrifo del siglo VI donde se cuenta que en Éfeso, un sacerdote del templo de Diana le dio a beber una copa de veneno. El lo bendijo y luego lo bebió sin que le hiciera daño. En la iconografía el veneno se escurre de la copa en forma de serpiente.
Debido a la profundidad teológica de su Evangelio y por haber escrito varios libros del Nuevo Testamento, San Juan es patrono de los teólogos y de los escritores. Su fiesta se celebra el 27 de diciembre, dentro de la Octava de Navidad, lo cual es lógico debido a que se trata del evangelista que nos introduce en el misterio del Verbo encarnado (Jn 1, 14).
SANTIAGO EL MAYOR:
Hijo de Zebedeo y Salomé, llamado "el mayor" para distinguirlo de Santiago, el hijo de Alfeo. Hermano de Juan, ambos fueron llamados por el Señor cuando estaban arreglando sus redes junto al lago Genesaret (Mt 4, 21-22; Mc. 1, 19-20). Por su carácter impetuoso, ambos hermanos recibieron del Señor el nombre "Boanerges", que significa "hijos del trueno" (Mc 3, 17). Aparece segundo en la enumeración de los apóstoles en el Evangelio de San Marcos (Mc 3, 18) y tercero en las listas de los otros Evangelios sinópticos y en la de los Hechos (Mt 10, 3; Lc 6, 14; Hch 1, 13).
Junto con San Pedro y San Juan, fue testigo de la resurrección de la hija de Jairo (Mt 9,18ss; Mc 5, 21ss; Lc 8,40ss) y también de dos momentos muy especiales de la vida del Señor: la transfiguración (Mt 17, 1-13; Mc 19, 2-10; Lc 9, 28-36) y la oración en el Monte de Los Olivos (Mt 26, 36-45; Mc 14, 32-42).
Los Hechos de los Apóstoles nos dicen que estos se dispersaron para predicar el Evangelio. Según una antigua tradición, Santiago el Mayor viajó a España, primero a Galicia y luego a la ciudad de Cesaraugusta, hoy conocida como Zaragoza. El mensaje del Apóstol no fue aceptado en esta ciudad, y sólo siete personas se convirtieron. Estos eran conocidos como "los siete convertidos de Zaragoza".
Esto cambió cuando un día el Apóstol estaba con sus discípulos a orillas del río Ebro y escuchó voces de ángeles que cantaban "Ave María, gratia plena", y vio aparecer a la Virgen de pie sobre un pilar de mármol. La Santísima Virgen, que aún vivía en carne mortal, le pidió al Apóstol que construyera una iglesia con el altar en torno al pilar donde estaba de pie, y le prometió que desde ese momento tomaría a ese pueblo bajo su especial protección. Esta aparición es conocida como la Virgen del Pilar.
Cuando volvió a Jerusalén, Herodes Agripa lo mandó ejecutar (Hch 12, 1-2). Esto ocurrió alrededor de los años 42 o 44, cerca de las fiestas de Pascua. Santiago es el primer Apóstol martirizado. Según la leyenda, su acusador se arrepintió antes de que mataran a Santiago y también fue ejecutado.
Después de su muerte, según la tradición, su cuerpo fue llevado nuevamente a España. Se le perdió el rastro durante un tiempo, pero luego su tumba fue encontrada en el año 830, en tiempos del obispo Teodomiro de Iria. El resplandor de una estrella señalaba el sitio de su sepultura. Ese lugar se llamó entonces "campo de la estrella". "Campus Stellae", es decir, "Compostela". Santiago de Compostela es desde entonces una de las principales metas de peregrinaciones, junto con Jerusalén y Roma.
Al Apóstol Santiago se le suele representar con las vestiduras de un peregrino: apoyado en un bastón, cargando un zurrón y llevando un sombrero de ala ancha tocado por una conchilla de venera boca abajo. En Santiago las veneras son insignia de los peregrinos, y una leyenda dice que un príncipe gallego fue sorprendido por una tormenta de conchillas en Compostela, escuchando una voz que mandaba que en el futuro los peregrinos las llevasen. De ahí la relación del Apóstol con las conchillas.
También se le representa como jinete de un caballo blanco en la batalla de Clavijo, en el año 843, portando una espada y con la "cruz de Santiago". Esta imagen de vencedor de moros alentó a los cristianos en la guerra de la reconquista española, inspirando la creación de una orden de caballería que lleva su nombre.
También se le representa con una espada pues se cree que murió decapitado. Su fiesta se celebra el 25 de julio.
SANTIAGO EL MENOR:
Hijo de Alfeo, es apodado "el menor" para distinguirlo del otro Santiago, hijo de Zebedeo y hermano de Juan. Aparece en noveno lugar en todas las listas de los apóstoles (Mt 10, 3; Mc. 3, 18; Lc 6, 14; Hch 1, 13).
La tradición siempre lo ha identificado con el "hermano del Señor" (Mc 6,3). Es mencionado por San Pablo en su carta a los Gálatas (Gal 1, 19). Se le identifica también con aquél Santiago a quien se le aparece el Señor resucitado (1 Cor 15, 7). Es el autor de la carta del Nuevo Testamento que lleva su nombre.
Gozaba de gran autoridad en Jerusalén, prueba de lo cual es que San Pedro le manda anunciar su liberación (Hch 12, 17). Junto con Pedro, Pablo y Bernabé toma la palabra en el concilio de Jerusalén (Hch 15, 13-21). Fue el primer obispo de Jerusalén, con él queda a cargo la iglesia de dicha ciudad luego de la dispersión de los apóstoles por el mundo.
Como se le conoce como "hermano de Señor", es decir, pariente cercano, se le suele representar con rasgos parecidos a Cristo. Según algunos autores, se le parecía tanto que fue por eso que Judas tuvo que darle un beso al Señor para que sus captores lo reconocieran.
La tradición dice sobre su muerte que el sumo sacerdote Anás II le ordenó renegar de Jesús, pero Santiago, que estaba en lo alto del templo, aprovechando la concurrencia se puso a predicar el Evangelio. Al escuchar esto los fariseos y escribas se llenaron de furor y uno de ellos lo empujó desde lo alto. Santiago no muere de golpe, sino que es apedreado mientras rogaba a Dios de rodillas por sus asesinos. Como tardaba en morir, es golpeado en la cabeza con una maza por un batanero.
Su fiesta se celebra el 3 de mayo, junto con la del Apóstol San Felipe. Se le representa con un libro por haber sido autor de una epístola del Nuevo Testamento, y también con ornamentos episcopales por haber sido el primer obispo de Jerusalén.
SAN ANDRÉS:
Hijo de Jonás, pescador, y hermano carnal de San Pedro, compartía con ellos la profesión de pescador. Discípulo de San Juan Bautista, estaba ahí en el momento en el que su maestro ve pasar al Señor y exclama "Este es el cordero de Dios". Desde ese momento San Andrés sigue al Señor (Jn 1, 35-40). Fue el primer llamado al ministerio apostólico por el Señor, por ello también se le llama, en griego, "Protocleto".
San Andrés también es el que introduce a su hermano al seguimiento del Señor (Jn 1, 41-42). El haber muerto crucificado y el amor a la Cruz que la tradición le atribuye, lo hacen especialmente cercano al Señor. En la enumeración de los Apóstoles en los Evangelio de San Mateo y San Lucas (Mt 10,3; Lc 6, 12) es mencionado en segundo lugar, mientras que en el Evangelio de San Marcos y los Hechos (Mc 3, 13; Hch 1, 13) en cuarto lugar.
La tradición sobre este Apóstol dice que predicó en Grecia. Hay otras versiones que mencionan la costa del Mar Negro y el Caúcaso como su campo de apostolado. El lugar de su muerte, así como la forma de morir del Apóstol, son inciertas, aunque un escrito apócrifo, los "Hechos de Andrés" nos cuenta con mucho detalle su pasión y su muerte. Según este escrito, San Andrés fue crucificado en Patrás de Acaya, en Grecia, alrededor del año 60. Al estar atado y no clavado a la cruz, pudo predicar durante dos días al pueblo antes de morir. La iglesia de oriente considera a San Andrés como su fundador y cabeza.
El texto apócrifo recoge también muchas de las palabras que el Apóstol le habría dirigido a su juez, el procónsul Egeo o Egeas, al pueblo que lo contemplaba crucificado, y a la Cruz: ""¡Oh cruz, instrumento de salud del Altísimo! ¡Oh cruz, signo de victoria de Cristo sobre sus enemigos! ¡Oh cruz plantada en la tierra y que fructificas en el cielo! ¡Oh nombre de la cruz que abarcas en ti al universo! ¡Salve, cruz, que has unido al mundo en toda su extensión!".
Según la tradición, la cruz en la que fue muerto tenía forma de "X", por lo cual es llamada "cruz aspada". Es su símbolo iconográfico principal, y se le conoce popularmente como "cruz de San Andrés". Siempre es representado con la cruz aspada en sus manos, o crucificado en ella.
El tema de la cruz es recogido en el himno de Laudes "Captátor olim píscium", compuesto por San Pedro Damián: "Tú, hermano de Pedro, obtuviste su misma muerte, pues la cruz engendró para el Cielo a los que habíais nacido de una misma carne". También en la antífona del Benedictus, leemos este texto que procede de la passio latina: "Salve, oh cruz preciosa, recibe al discípulo de aquel que en ti estuvo clavado, Cristo, mi maestro".
El nombre de San Andrés figura (hasta la reforma del misal romano) en la intercalación que sigue al Padrenuestro de la Misa, junto con los nombres de la Virgen María, San Pedro y San Pablo. Esta mención suele atribuirse a la devoción que San Gregorio Magno le tenía al Apóstol, aunque tal vez data de una fecha anterior.
En el siglo IV, en tiempos del emperador Constancio II, las reliquias de San Andrés fueron trasladadas de Patras a la iglesia de los Apóstoles, en Constantinopla. Los cruzados tomaron Constantinopla en el siglo XIII, y, poco después las reliquias fueron robadas y trasladadas a la catedral de Amalfi, en Italia. Su cabeza fue llevada a Roma en 1462 y fue colocada en la Basílica de San Pedro. El papa Pablo VI, como gesto ecuménico, la devolvió a la iglesia greco ortodoxa en 1964.
San Andrés es patrono de Rusia y Escocia, y su fiesta se celebra el 30 de noviembre.
SAN MATEO:
San Mateo, hijo de Alfeo, vivió en Cafarnaún, en el lago de Galilea. Es llamado Leví por los evangelistas San Marcos y San Lucas. Fue un publicano, es decir, un colector de impuestos para los romanos. Cuando Jesús lo ve sentado a la mesa de recaudación de impuestos lo llama para que sea uno de los Doce (Mt 9,9ss). El mismo episodio lo narran también los otros Evangelios sinópticos (Mc 2, 14ss, Lc 5, 27ss). San Mateo es el octavo en la enumeración de los Hechos de los Apóstoles (Hch 1, 13) y en la del mismo Mateo (Mt 10,3), que cuando se nombra a sí mismo se llama "Mateo, el publicano", y el séptimo en la lista de San Marcos y San Lucas (Mc. 3, 13; Lc 6, 12). Debido a su profesión provienen los atributos con los cuales se le representan: una bolsa de dinero o un tablero de contar.
Después de la ascensión del Señor, San Mateo predicó varios años en Judea y en los países cercanos hasta la dispersión de los apóstoles. Poco antes de esta dispersión escribe su Evangelio, siendo el primero de los cuatro, tal como lo atestigua Papías, obispo de Hierápolis, el cual es citado en la Historia Eclesiástica por Eusebio: "Mateo ordenó (compuso) las palabras (logia) del Señor en lengua hebrea, y cada uno las interpretó (tradujo) luego como pudo". Su Evangelio fue escrito en arameo y dirigido sobre todo a los judíos. El Apóstol San Bartolomé llevó una copia a la India y la dejó ahí.
Según varias fuentes apócrifas, que no siempre coinciden en todos los detalles, luego de predicar en Judea, fue a predicar entre los partos y los persas, pero sobre todo en Etiopía, donde venció a dos magos que se hacían adorar como dioses y a los dragones que los acompañaban. Después resucitó a la hija del rey Egipo (o Hegesipo). Fue martirizado por oponerse al matrimonio del rey Hirciaco con su sobrina Ifigenia, la cual se había convertido al cristianismo por la predicación del Apóstol. Fue muerto a filo de espada cuando estaba orando al pie del altar después de misa, lo cual le vale otro de los atributos de su iconografía: la espada, que a veces se cambia por alabarda o hacha.
San Mateo, en cuanto evangelista, es representado con un libro o rollo de modo genérico. Pero cada uno de los cuatro evangelistas tiene un símbolo especial, inspirado en la visión de los "Cuatro Vivientes" que nos trae el profeta Ezequiel (Ez. 1, 5ss) y que recoge el Apocalipsis (Ap. 4, 6-11) en el Nuevo Testamento. Por comenzar a narrar la genealogía humana de Jesús, a Mateo le corresponde el "rostro humano" del tercer Viviente (Ap. 4, 7), por ello un hombre alado es el símbolo de su Evangelio. Este simbolismo fue fijado por San Jerónimo.
La Liturgia aplica a San Mateo las siguientes palabras del libro de Esdras: "Este maestro, muy instruido en la Ley dada a Moisés por Yavé, Dios de Israel (...) sobre él estaba la bondadosa mano de su Dios. (...) se había dedicado con todo su corazón a poner por obra la Ley de Yavé y a enseñar a Israel sus mandamientos y preceptos." (cfr. Esd. 7, 6-10).
El hecho de haber tenido como invitado al Señor a su mesa, y el trabajo al que se dedicaba cuando fue llamado por el Señor se aluden en la liturgia de su fiesta. En la oración colecta se señala que Dios, "inexpresable misericordia", se dignó "elegir a san Mateo para convertirlo de recaudador de impuestos en un apóstol". En la oración postcomunión se hace referencia al "gozo salvífico que experimentó san Mateo cuando recibió en su casa como comensal al Salvador". Y en el himno de Laudes, "Præclara Qua", rezamos: "Oh Mateo, ¡qué riquezas tan grandes te prepara el Señor, que te llamó cuando estabas (...) apegado a las monedas! / A impulsos de tu amor ardiente te apresuras a recibir al Maestro (...)".
San Mateo es patrono de los banqueros, y su fiesta se celebra el 21 de septiembre.
SAN PEDRO:
San Pedro, primer Papa, llamado también príncipe de los apóstoles, figura en primer lugar en todas las enumeraciones de apóstoles del Nuevo Testamento (Mt 10, 3; Mc. 3, 18; Lc 6, 14; Hch 1, 13). Ocupa un lugar principal entre los Doce, siendo protagonista de muchos episodios en el Evangelio. Nació en el pueblo galileo de Betsadia. Junto con su hermano Andrés y los hijos de Zebedeo, se dedicaba al oficio de pescador.El nombre de Pedro era Simón. El Señor Jesús se lo cambia por Cefas, que quiere decir "piedra" (Jn 1, 41-42). En uno de los pasajes más significativos de la Escritura, vemos a Pedro afirmando que Jesús es "el Cristo, el hijo de Dios vivo" (Mt 16, 16). En respuesta, el Señor Jesús lo confirma como la "piedra" sobre la cual la Iglesia será edificada, le otorga las llaves del Reino de los Cielos y la potestad de "atar y desatar" (Mt 16, 18-19). Debido a esto se le representa popularmente con un par de llaves, que son su atributo característico. Por ello también es patrono de los porteros y fabricantes de llaves.
Junto con Santiago y Juan, Pedro pertenecía al grupo de los más allegados a Jesús. Está presente en el milagro de la resurrección de la hija de Jairo (Mt 9,18ss; Mc 5, 21ss; Lc 8,40ss), en el episodio de la transfiguración (Mt 17, 1-13; Mc. 19, 2-10; Lc 9, 28-36) y en la oración en el monte de Getsemaní (Mt 26, 36-45; Mc 14, 32-42). Suele también ser representado junto a San Juan debido a los varios episodios en los cuales los dos aparecen asociados, especialmente la carrera al sepulcro vacío (Jn 20, 1-10)
El Evangelio nos lo presenta como un hombre de carácter impetuoso e impulsivo. Reprende al Señor cuando Él les habla sobre su pasión, con lo que se gana el reproche del Maestro, quien lo llama "Satanás" (Mt 16, 21-24). Le pide a Jesús que le mande caminar sobre las aguas hacia Él (Mt 14, 28-31). No quiere que Cristo le lave los pies en la Ultima Cena (Jn 13, 6-9) y le promete que no lo abandonará y lo seguirá hasta la muerte. El Señor le dice que antes de que cante el gallo, Pedro lo negará tres veces (Mt 26, 33-34; Mc 14, 29-30; Lc 22, 33-34; Jn 13, 37-38).
El episodio de la negación de San Pedro es conmovedor. Nos lo presenta negando tres veces que conoce al Jesús por miedo a los judíos. Inmediatamente después canta el gallo y él recuerda las palabras que el Señor le había dicho. La mirada del Señor se cruza con la de San Pedro, y este último sale fuera, llorando amargamente en actitud arrepentida (Lc 22, 54-62). Por sus negaciones, es representado a veces en actitud de jurar o llorando. Por ello también los penitentes lo invocan como patrono.
Luego de la resurrección, el Señor se manifiesta a sus discípulos a orillas del lago Tiberiades. En este episodio el Señor perdona a Pedro y lo afirma tres veces en su misión, en contraposición a la triple negación del Apóstol. También le predice el martirio que va a sufrir (Jn 21, 15-18).
A San Pedro no se le suele representar con un cayado como a otros santos obispos. En cambio, siempre lleva una cruz a modo de báculo pastoral. Incluso hasta hoy, el Papa no usa báculo como los otros obispos, sino una cruz a modo de cayado. Esto se debe a una tradición que señala que San Pedro había dado su báculo a los discípulos de San Materno, que resucitaron con él a su maestro. Este báculo estuvo en Colona hasta el siglo X, luego se partió por la mitad, y una parte se entregó a la ciudad de Tréveris. Esta tradición la recoge Santo Tomás de Aquino en la Suma Teológica: "el Romano Pontífice no usa báculo, porque Pedro lo envió para resucitar a uno de sus discípulos, que después fue consagrado obispo de Tréveris" (Suma Teológica, Parte III, cuestión XL, artículo VII, respuesta a la objeción 8ª). En el mismo lugar, Santo Tomás alega otro motivo por el cual el Papa no lleva báculo: "para manifestar que no tiene una potestad restringida, lo cual significa la curvatura del báculo".
San Pedro fue obispo de Antioquia y posteriormente obispo de Roma, donde estableció su sede y fue martirizado en tiempos del emperador Nerón. Así lo estiman tres Padres de la Iglesia: San Ireneo, San Clemente de Alejandría y Tertuliano. Fue condenado a ser crucificado, pero considerándose indigno de morir como el Señor pidió ser clavado cabeza abajo. De ahí otra representación del Apóstol y su atributo típico de una cruz dada vuelta. Fue sepultado en lo que hoy es el Vaticano donde aun se encuentran su restos bajo el altar mayor de la basílica de San Pedro. Esto ha sido comprobado en los encuentros arqueológicos y anunciado por Pío XII al concluir el año santo de 1950
Aunque la tradición que señala que San Pedro y San Pablo compartieron la misma prisión no es segura, se sabe que ambos murieron mártires en Roma en la misma época, hacia el año 67. La Iglesia los ha venerado siempre juntos y les dedica una única solemnidad el 29 de junio. Esta fecha puede tener su origen en el traslado de los restos de ambos apóstoles a un mismo lugar de culto, en la Vía Appia, hacia el año 254, antes de que cada apóstol tuviera su propio templo (primero San Pablo en la Vía Ostiense y luego San Pedro en la Colina Vaticana).
Los únicos escritos que poseemos de San Pedro se encuentran en el Nuevo Testamento, y son sus dos epístolas. Se piensa que ambas fueron dirigidas a los convertidos del Asia Menor. La primera epístola concluye mandando saludos de parte de la Iglesia situada en Babilonia, lo cual prueba que fue escrita desde Roma, que en esos tiempos era llamada Babilonia por los judíos.
Se han encontrado muchos escritos en las catacumbas que unen los nombres de San Pedro y San Pablo, mostrando que la devoción popular a estos grandes Apóstoles comenzó en los primeros siglos. Pinturas muy antiguas nos describen a San Pedro como un hombre energético, pelo crespo y barba. En el arte sus emblemas tradicionales son un barco, llaves y un gallo.
SANTO TOMÁS:
Santo Tomás era de la ciudad de Galilea, pescador de profesión y llamado en varias ocasiones "el mellizo", o en griego "Dídimo" (Jn 11, 16; 20, 24; 21, 2). Sin embargo, no se aclara de quién era mellizo. Santo Tomás aparece también en el Evangelio como dispuesto a morir por el Señor (Jn 11, 16), y fue una pregunta de este Apóstol la que hace revelarse al Señor Jesús como Camino, Verdad y Vida (Jn 14, 5-6).
Es recordado especialmente por su incredulidad ante el testimonio de sus compañeros acerca de la resurrección del Señor (Jn 20, 24-25). Ocho días después, el Señor vuelve a aparecerse a los discípulos, y le dice a Santo Tomás que "meta su mano en su costado" y que "no sea incrédulo, sino creyente", a lo cual Santo Tomás responde postrado con una poderosa confesión de fe: "Señor mío y Dios mío" (Jn 20, 26-29). Este episodio ha sido representado abundantemente en la iconografía del Apóstol.
Después de la venida del Espíritu Santo, Santo Tomás envió a Tadeo para que bautizara e instruyese a Abgar, rey de Edessa. Según Eusebio este rey escribió a Jesús invitándolo a visitar su reino y ser curado de una enfermedad que le afligía. Cristo en respuesta le dijo que debía cumplir con la tarea para la que fue enviado y después regresar a Aquel que lo había enviado , pero que después de su ascensión el enviaría a uno de sus discípulos a sanarlo y dar vida a el y su familia. Esta promesa de nuestro Señor fue cumplida por Santo Tomás, quien envió a Tadeo, no solamente a sanar a este rey sino también para plantar la semilla de la fe en esta nación.
Se sabe que en su labor apostólica, Santo Tomás predicó en Persia y sus alrededores, y también en la India y Etiopía. Se cree que fue martirizado en la ciudad de Coromandel, en la India, muriendo atravesado por una lanza, otro de sus atributos iconográficos. La tradición refiere que sus restos fueron trasladados a Edesa en el año 394.
Otro de sus atributos es el cinto de la Virgen, con el cual a veces se le representa, debido a una leyenda que relata que Santo Tomás se negaba a creer en la Asunción, hace abrir la tumba de la Virgen María y la encuentra llena de flores. Entonces la Virgen desde el cielo desata su cinturón y lo deja caer en las manos del Apóstol.
Su fiesta se celebra el 3 de julio, y es patrono de las ciudades de Prato, Parma y Urbino.
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