martes, 30 de diciembre de 2014

El tesoro de la tradición oral, ya tiene su bául


Urko Egaña recoge en un libro la historia del bertsolarismo oñatiarra desde el siglo XIX hasta la actualidad


MARIAN GONZALEZ
Presentación. Iñaki Olalde, Benito Barrena, Urko Egaña y Andoni Egaña con el libro.
Presentación. Iñaki Olalde, Benito Barrena, Urko Egaña y Andoni Egaña con el libro. / MARIAN

Descubrir que Xebastian Lizaso protagonizó su 'debut' en una plaza en Araotz, tras una pequeña 'emboscada'. O que Graxiano, 'el abuelo de Gesaltza' (1877-1965), era un crack del bertsolarismo que Aita Villasante (por la amistad que les unía y su devoción por la cultura euskaldun) ha permitido rescatar, al preservar muchos de sus 'bertso-paperak' en el archivo de Arantzazu, son algunas de las perlas que recoge el libro 'Oñatiko Hitzen altxorra'. Un compendio de bertsos y bertsolaris que aborda la historia del bertsolarismo en Oñati desde el siglo XIX hasta la actualidad.
Su autor, Urko Egaña, insistió en la presentación realizada en Kultur Etxea, en la labor de todas las personas que han sabido transmitir el tesoro del bertso de generación en generación. Desde el descubrimiento de Graxiano, «que me ha hecho muy feliz», al trabajo realizado por Benito Barrena, los hermanos San Miguel, Emilio Urzelai o el fallecido Joxe Mari Agirrebengoa 'Txinparta', fundadores hace 31 años de Bertso Eskola. Sin olvidar a aquellos alumnos de ayer y los de hoy. Gente como Iñaki Olalde, uno de los primeros pupilos, luego profesor, y eje del bertsolarismo local las últimas décadas.
No faltaron invitados ilustres, como Andoni Egaña, autor del prólogo del libro, que felicitó a Urko por poner su granito de arena a la transmisión, la investigación y difusión del bertsolarismo. «Es un excelente punto de partida para aquellos que quieran profundizar más. Yo no conocía la relación de Iparragirre con Oñati, y los bertsos entre Graxiano y Basarri me han parecido de un gran nivel. He disfrutado también mucho con algunos cuentos de Nicolás Segurola, y la anécdota del debut de Lizaso en Araotz».
Benito Barrena fue el encargado de echar la vista atrás, y dejar claro que la improvisación oral es mucho más que métricas, es el reflejo de una realidad socio-cultural. «Antes estaba insertado en la vida cotidiana. Cantábamos en nuestra rutina, tras echar el 'pote' en Mantxuena, en la feria...y en mi cuadrilla hacíamos incluso campeonatos. Araotz fue mi escuela, había mucha tradición y venían los mejores».
Lizaso, sin ir más lejos 'debutó' con él. Vino a pasar el día con los amigos a los alrededores de Sandaili y cuando se enteraron que era el hijo de Joxe, le pusieron a cantar. No dijo nada en casa, pero a las pocas semanas su padre estuvo en Araotz en un festival y allí le dieron un sobre para que pagara a su hijo, anécdota que a menudo recuerdan los araoztarras a Xebastian.
Del mundo rural al urbano
A continuación tomó la palabra Iñaki Olalde, que explicó que «la transmisión oral está vinculada al momento, pero al no quedar escrito se pasa y por ello veíamos importante recoger el testimonio antes de que fuese demasiado tarde para algunos protagonistas. Llevábamos dos años dándole vueltas al tema, y ahora, gracias al trabajo de Urko y a la colaboración de mucha gente, 'Oñatiko hitzen altxorra' es una realidad».
Olalde destacó el trabajo realizado por los que crearon la escuela. «Plantaron bien la semilla, lo hicieron fenomenal, porque muchos de aquellos alumnos cogimos luego el relevo, y la Bertso Eskola tiene una excelente salud». Recordó aquellas primeras clases en el viejo Kultur y «ese ' Gora fan biok' que significaba dejar el papel, y subir a recitar. Para nosotros era como jugar la 'champions'».
Una treintena de entrevistas son la columna vertebral de un libro de 265 páginas que «si hubiera recogido todas las anécdotas hubiera ocupado cuatro tomos», contó Urko, que puso como termómetro de lo enraizado que está el bertsolarismo en Oñati «que sea uno de los pueblos que más festivales acoge, una treintena al año. No falta en ninguna fiesta de barrio». Andoni lo ratificó y añadió «la calurosa acogida que siempre tenemos».
Urko desgranó luego los distintos capítulos del libro. Desde las huellas del siglo XIX, a los bertso jarriak, los bertsolaris pastores o la relación entre Oñati y Azpeitia, su localidad natal. No se olvidó del paso del bertsolarismo del mundo rural al urbano, los primeros campeonatos locales, y la historia de Bertso Eskola.
Tras escuchar unos bertsos, el acto concluyó con el visionado de las fotos que ilustran el libro, un excelente regalo de Olentzero para los aficionados al bertsolarismo, a la venta ya en la Oficina de Turismo.

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