En 1977 la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a todos los Estados a que declarasen el 8 de marzo como el “Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz”, lo que posteriormente se ha denominado como “Día de la Mujer Trabajadora”. Pero, ¿por qué el día 8 de marzo?
NUEVATRIBUNA.ES - 8.3.2010
En 1977 la Asamblea General de las Naciones Unidas invitó a todos los Estados a que declarasen el 8 de marzo como el “Día de las Naciones Unidas para los Derechos de la Mujer y la Paz”, lo que posteriormente se ha denominado como “Día de la Mujer Trabajadora”. Pero, ¿por qué el día 8 de marzo?
Al respecto hay muchas teorías formuladas, algunas contradictorias o no constatadas, en las cuales ha profundizado la estudiosa Ana Isabel Álvarez. Básicamente, como punto de partida se suele decir que en dicha fecha, en un 8 de marzo de 1857, hubo una manifestación en Nueva York de mujeres del sector textil reivindicando mejoras laborales.

Sigamos con la historia del día 8 de marzo y su institucionalización. De manera oficial se celebró ya en 1908 el Woman´s Day en Chicago, organizado por el Socialista Party of America y al año siguiente se propuso que se estableciese en el Congreso Internacional de Mujeres Socialistas en Dinamarca a propuesta de la comunista alemana Clara Zetkin. Ahora bien, el Womán´s Day no tenía una fecha fija. La celebración de dicho día ya tuvo consecuencias en 1911; habían participado millones de mujeres y hombres en EEUU y

Por tanto, ¿de dónde viene la tradición para establecer el 8 de marzo como Día de la Mujer? Si nos fijamos en lo relatado hasta ahora es como una fecha de consenso, convencional, ya que no se puede mantener de manera certera que los acontecimientos enumerados fuesen en ese día. Eso no quita ninguna importancia a la fecha ni menos aun a la necesida

Con motivo de las dos guerras mundiales millones de hombres se incorporaron a los ejércitos y otros tantos fallecieron, ¿Quién debió incorporarse al trabajo para levantar las maltrechas naciones sino las mujeres? Ahora bien, eso ayudó a que fuesen logrando el sufragio o este quedase consolidado, así como otras mejoras laborales. Desde entonces se han ido celebrando muchos actos en torno al 8 de marzo, instituyéndose de manera oficial ese día de manera progresiva. Uno de los actos notables, fue, por ejemplo, la aprobación en 1945 de la Carta de la Mujer en Londres, que sería presentada en la Conferencia de las Naciones Unidas de San Francisco. En 1975, Año Internacional de la Mujer, se aprovechó para establecer el 8 de marzo de manera oficial como día “para conmemorar la lucha histórica por mejorar la vida de la mujer”, quedando así ya establecido a nivel internacional, nacional y local. También desde la ONU, en 1977 se solicitó a los distintos países que adoptasen la fecha, ya que como he venido diciendo se celebraban en otro días y, en otros casos, no se celebraban todavía. Como vía media diría que si bien la fecha es de inspiración rusa, el formato actual de celebración del Día, con muchas actividades y jornadas es más parecido al Woman´s Day de las mujeres socialistas norteamericanas que se inició en 1908.
Del triunfo de la organización del Día téngase como referencia que en España hay múltiples eventos a nivel nacional, autonómico, así como los organizados en ayuntamientos y asociaciones: cine de mujer, conferencias, charlas de Historia, sexualidad, situación de los derechos en distintos países… y por supuesto, manifestaciones.

Eso no quiere decir que durante el año no se trabaje. Cada vez proliferan más los actos a lo largo de todo el año y más son las asociaciones dedicadas a la defensa de las mujeres, informando y dando charlas. Incluso en el mundo universitario hay cátedras dedicadas a estudios y másteres de temáticas de igualdad de género. Hay que recordar que en España existe un Ministerio de Igualdad creado con el Gobierno presidido por Zapatero. Sobre todo hay que tener en cuenta que el movimiento en defensa de los derechos de la mujer, como el movimiento obrero, es internacional. Si internacionales son las formas de discriminación y las trabas a las mujeres, son igualmente internacionales las soluciones y la colaboración, de tal manera que se vienen realizando foros internacionales para desarrollar proyectos, analizar las problemáticas y buscar soluciones. Otro aspecto importante es la implicación de hombres en estas campañas: sin nuestra colaboración es realmente difícil lograr resultados satisfactorios. Por poner solo un ejemplo al respecto, la ministra de Igualdad, Bibiana Aído nombró delegado del Gobierno para la Violencia de Género a un hombre, Miguel Lorente, especialista en temas de violencia contra la mujer. Esto confirma la máxima de los hombres que como Lorente nos implicamos en las temáticas de igualdad de género “para luchar por la igualdad no hace falta ser mujer”. En el caso español, entre otras cuestiones, queda por delante erradicar la violencia machista, equiparar sueldos entre hombre y mujer, y facilitar el acceso a puestos directivos de mujeres. Lograr todo ello es a la vez mejorar los “recursos humanos” que tenemos, ya que la exclusión de la mujer en estos aspectos supone no aprovechar su potencial.
Esta situación de lucha e información continuada y necesaria no quita importancia al hecho concreto de institucionalizar un día, tenga su origen en Rusia o sea convencional, sobre todo en un Día que se ha convertido en simbólico a nivel internacional.
Como homenaje a este Día de la Mujer citaré un acontecimiento histórico. El 5 de agosto de 1529, en la ciudad de Cambrai, se firmaba un acuerdo de paz entre Francia y España. Durante años un conflicto venía consumiendo a ambas naciones, y el francés Francisco I y el rey de España Carlos I-y emperador de Alemania- no eran capaces de ponerse de acuerdo para finalizar sus conflictos, provocando continuas guerras. Aquel 5 de agosto la paz no llevó la firma de los monarcas, sino la de las dos personas que realmente habían tenido la capacidad de llegar a acuerdos: fueron la madre del rey de Francia Luisa de Saboya y la tía del emperador Margarita de Austria. Esa paz es la conocida como “Paz de las Damas”, y en un día como el 8 de marzo quiero recordar el valor y entereza, así como la capacidad de negociar y llegar a acuerdos de aquellas dos mujeres. Y a día de hoy se siguen poniendo trabas a las mujeres para acceder a puestos directivos.
Juan Pedro Rodríguez Hernández - Profesor-tutor de Historia Contemporánea (UNED).
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