martes, 3 de noviembre de 2009

San Miguel Aozaraza será nombrado patrón de la ciudad filipina de Balanga


El santo oñatiarra decapitado en 1637 en Japón fue durante un año misionero en esta ciudad de la provincia de Bataán La noticia ha sido recibida con alegría entre los fieles locales


DV. Oñati tendrá una destacada presencia en la provincia filipina de Bataán, concretamente en la ciudad de Balanga, ya que en breve el santo local Miguel de Aozaraza va a ser nombrado patrón de esa diócesis.
Mikel Aozaraza realizó en esta isla parte de su labor misionera durante un año aproximadamente, entre 1636 y 1637. Desde allí, junto a otros compañeros dominicos y laicos, se dirigió a Japón, donde enseguida fue capturado y tras sufrir gran tortura fue decapitado por no renegar de su fe cristiana.
El párroco Joxan Larrañaga se mostraba ayer encantado con la noticia y aseguraba que «ha causado gran alegría en la comunidad cristiana de Oñati».
Desde que recibieron la notificación solicitando más información sobre el santo local ha cambiado el obispo de la zona pero al parecer el nombramiento del santo como patrón de Balanga no corre peligro.
«Todavía no sabemos cuando se oficializará la designación pero hemos querido comunicárselo a los oñatiarras a través de la hoja parroquial Goi-Argi tras hacérselo saber a los fieles en la Iglesia» explicaba el párroco.
Fray Miguel, nació en el barrio oñatiarra de Triana y en los bajos de su casa natal hay un pequeño altar que los fieles del santo, cuya festividad se celebra el 28 de septiembre, cuidan con fervor. Su presencia es destacada también en la Iglesia Parroquial de San Miguel, donde cuenta con un altar de estilo barroco, que preside un cuadro en el que puede seguirse, a modo de historieta, la larga suerte de tormentos de que se compuso su martirio.
El aprecio de los oñatiarras al santo local se constata también en la procesión del Corpus, en la que su imagen desfila por la calles y en el hecho de que uno de los colegios de la villa lleve su nombre.
Aozaraza era un gran teólogo y tras marcharse de Oñati residió durante algunos años en el convento de Santo Tomás de Madrid. Se incorporó después a la provincia del Santísimo Rosario de Filipinas, pasando a estas islas en 1635. Luego se fue a Japón y, tras ser apresado, fue trasladado junto a sus compañeros a Nagasaqui, a donde llegaron el 13 de septiembre de 1637.
Duro martirio
Les metieron a los tres en una jaula y en ella fueron castigados al tormento de agua ingurgitada, haciéndoles tragar más de dos mil azumbres. El día 14 continuaron con el mismo tormento y luego les taladraron las piernas con Ecañas tostadas y les metieron en los dedos de las manos agujas gruesas, entre uña y carne.
Tras hacerles sufrir otras muchas penalidades murieron decapitados el 29 de septiembre de 1637 y sus cadáveres fueron arrojados al mar.

http://www.diariovasco.com/20091101/alto-deba/miguel-aozaraza-sera-nombrado-20091101.html

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