La familia Agirrebalzategi- López agradece a todo el pueblo el apoyo recibido. La vida en el histórico caserío del barrio de Uribarri recupera poco a poco la normalidad tras un año muy duro
27.11.11 - 02:20 - MARIAN GONZALEZ OÑATI.
Ha hecho falta casi un año para recuperar la normalidad, pero con muchísimo trabajo, sacrificio y esfuerzo, la ayuda de la gente «y el impulso de la virgen de Arantzazu, que siempre ha presidido la puerta de Baltzategi» el caserío en el que nació el pastorcillo que halló a la virgen del espino mientras buscaba sus cabras en el monte hace más de 500 años, ha resurgido de sus cenizas.
Ha sido un año muy duro para Reyes, Begoña, Joseba y Nerea, que han vivido momentos muy difíciles tras el incendio de su casa, pero también han sentido el apoyo y la solidaridad de mucha gente y por eso han querido agradecer públicamente el apoyo recibido y las numerosas iniciativas solidarias puestas en marcha.
«Queremos daros infinitas gracias por vuestra colaboración económica y afectiva en los duros momentos por los que pasamos a causa del incendio de nuestra vivienda. Deseamos que nunca os veáis en una situación como ésta, es demasiado duro y doloroso. Por eso os decimos de todo corazón que muchas gracias. Eskerrikasko denei, bene benetan».
Hace poco más de un año un incendio destruía el caserío Baltzategi, del barrio de Uribarri. Desde entonces sus propietarios Reyes Agirrebalzategi y Begoña López, han vivido toda una espiral de emociones. Se quedaron sin nada, con lo puesto. Los primeros momentos fueron de impotencia, de incredulidad, luego la inquietud, la desolación y la tristeza se agudizaron porque no había vuelta atrás.
Ante lo irremediable no quedaba más que hacer de tripas corazón y aferrarse a lo bueno, a que todos estaban bien. Y ahora, cuando echan la vista atrás, ya de vuelta al hogar, tienen claro que «lo único positivo es que en circunstancias como esta te das cuenta del valor de la gente que de verdad te aprecia».
Están agradecidos de corazón a todas las personas que les han echando una mano, a los vecinos de Uribarri que tal día como hoy hace un año, en la misa de San Andrés, les destinaron la recolecta del cepillo, a los que acudieron al Concierto de Navidad ofrecido por todas las agrupaciones musicales del municipio en la parroquia, al Ayuntamiento, a los frailes de Arantzazu, a la monjas de Bidaurreta y Benedictinas... y a todos esos vecinos, mucho de ellos anónimos, que hicieron una aportación económica en la cuenta solidaria que se abrió para ayudar a la familia, les dieron ropa o más recientemente muebles o útiles para la casa.
En los tiempos de crisis que corren, recomiendan ser optimistas y aferrarse a las buenas noticias, y el hecho de que Baltzategi haya renacido de sus cenizas, es una excelente noticia. La familia Agirrebalzategi-López es el vivo ejemplo de la superación, y todos los que les han ayudado a superar el mal trago que supone ver arder tu casa y todas tus pertenencias, el reflejo de una sociedad que cuando vienen mal dadas, se une y se ayuda.
27.11.11 - 02:20 - MARIAN GONZALEZ OÑATI.
Ha hecho falta casi un año para recuperar la normalidad, pero con muchísimo trabajo, sacrificio y esfuerzo, la ayuda de la gente «y el impulso de la virgen de Arantzazu, que siempre ha presidido la puerta de Baltzategi» el caserío en el que nació el pastorcillo que halló a la virgen del espino mientras buscaba sus cabras en el monte hace más de 500 años, ha resurgido de sus cenizas.
Ha sido un año muy duro para Reyes, Begoña, Joseba y Nerea, que han vivido momentos muy difíciles tras el incendio de su casa, pero también han sentido el apoyo y la solidaridad de mucha gente y por eso han querido agradecer públicamente el apoyo recibido y las numerosas iniciativas solidarias puestas en marcha.
«Queremos daros infinitas gracias por vuestra colaboración económica y afectiva en los duros momentos por los que pasamos a causa del incendio de nuestra vivienda. Deseamos que nunca os veáis en una situación como ésta, es demasiado duro y doloroso. Por eso os decimos de todo corazón que muchas gracias. Eskerrikasko denei, bene benetan».
Hace poco más de un año un incendio destruía el caserío Baltzategi, del barrio de Uribarri. Desde entonces sus propietarios Reyes Agirrebalzategi y Begoña López, han vivido toda una espiral de emociones. Se quedaron sin nada, con lo puesto. Los primeros momentos fueron de impotencia, de incredulidad, luego la inquietud, la desolación y la tristeza se agudizaron porque no había vuelta atrás.
Ante lo irremediable no quedaba más que hacer de tripas corazón y aferrarse a lo bueno, a que todos estaban bien. Y ahora, cuando echan la vista atrás, ya de vuelta al hogar, tienen claro que «lo único positivo es que en circunstancias como esta te das cuenta del valor de la gente que de verdad te aprecia».
Están agradecidos de corazón a todas las personas que les han echando una mano, a los vecinos de Uribarri que tal día como hoy hace un año, en la misa de San Andrés, les destinaron la recolecta del cepillo, a los que acudieron al Concierto de Navidad ofrecido por todas las agrupaciones musicales del municipio en la parroquia, al Ayuntamiento, a los frailes de Arantzazu, a la monjas de Bidaurreta y Benedictinas... y a todos esos vecinos, mucho de ellos anónimos, que hicieron una aportación económica en la cuenta solidaria que se abrió para ayudar a la familia, les dieron ropa o más recientemente muebles o útiles para la casa.
En los tiempos de crisis que corren, recomiendan ser optimistas y aferrarse a las buenas noticias, y el hecho de que Baltzategi haya renacido de sus cenizas, es una excelente noticia. La familia Agirrebalzategi-López es el vivo ejemplo de la superación, y todos los que les han ayudado a superar el mal trago que supone ver arder tu casa y todas tus pertenencias, el reflejo de una sociedad que cuando vienen mal dadas, se une y se ayuda.
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