martes, 22 de noviembre de 2011

Pedaladas de amistad

La Peña Markel Irizar celebró con el ciclista su mejor temporada
22.11.11 - 03:07 - MARIAN GONZALEZ OÑATI.


El cariño con el que la afición oñatiarra ha apoyado desde sus inicios al ciclista Markel Irizar, volvió a reflejarse el sábado en la comida-homenaje que su peña organizó en el bar Zotz como clausura de su mejor temporada.
Una campaña que le ha reportado al txantxiku de RadioShack su mayor triunfo como profesional, la victoria en la Vuelta a Andalucía, prueba de cinco días que le llevó a lo más alto de su trayectoria y que ahora con la tranquilidad que da el trabajo bien hecho, Markel festejó entre los suyos.
Amigos, familiares, y forofos que vibran con cada una de las pedaladas de un gregario de oro, que se ha hecho grande en el pelotón, trabajando para que brillen otros, pero que ha podido también saborear las mieles del triunfo.
La foto de un Markel radiante en el podio final de la Vuelta a Andalucía que le entregó la peña es un tributo a la constancia, a las ganas de ser ciclista, al empeño por labrarse un nombre en un mundillo en el que siempre ha tenido claro que sirves para ganar o eres bueno trabajando para tus compañeros. Markel ha hecho muy bien lo segundo, y por eso, y por su carácter afable, ha conseguido hacerse un hueco en uno de los mejores equipos del mundo.
Su vida ha girado muy deprisa en los siete años que lleva en el mundo profesional. Del corredor que debutó en el equipo Euskaltel-Euskadi en 2004 al que acudió el pasado verano al Tour de Francia en el RadioShack, queda muy poco. Markel se ha convertido a sus 31 años en un hombre de equipo al que Johan Bruyneel y los líderes de RadioShack quieren a su lado en las carreras, algo que enorgullece y mucho a su peña ciclista y a su familia y amigos.
La cita gastronómico-festiva celebrada el sábado (a la que tampoco faltó su amigo del alma y compañero de equipo Aimar Zubeldia), es todo un clásico en el que Markel ha compartido sus éxitos, pero también los sinsabores de un deporte tan exigente e ingrato como el ciclismo. Y es que lo bueno de una peña como la que acompaña desde el inicio de su carrera al oñatiarra, es que siempre están ahí, a las duras y a las maduras.

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