domingo, 25 de julio de 2010

Iñaki Galdos.D.V.25/07/2010


«Es necesario un acuerdo con el PNV para contrarrestar los dos polos frentistas»
Iñaki Galdos se va de vacaciones con la mente puesta en septiembre, cuando se reanudará la negociación con el PNV para ir en coalición en las próximas elecciones. El presidente de Hamaikabat y diputado foral de Deportes y Acción Exterior se muestra optimista al respecto, porque cree «necesaria» la unión para que el nacionalismo institucional recupere «la presencia» perdida.
- ¿Cómo van esas negociaciones con el PNV?
- Bien. Soy optimista en que logremos un acuerdo nacional. Hamaikabat nace con esa vocación de tratar de unir al nacionalismo histórico e institucional en una única formación electoral. Por tanto, estamos trabajando en esa línea, a pesar de que a veces nacen dificultades. Si no llegásemos a un acuerdo sería un fracaso absoluto y la sociedad vasca que representamos no lo aceptaría ni entendería.
- ¿Se trataría de una coalición en sentido estricto, de unión de siglas, o más bien una incorporación de miembros de H1! a las listas del PNV?
- Hamaikabat ve necesario que exista una expresión política como la nuestra en el espacio del nacionalismo histórico, donde hay muchas sensibilidades. Aunque reconozcamos la preeminencia del PNV, hay decenas de miles de personas que no comulgan con la idea de un partido único en ese espacio, y H1! es un partido con mucha fuerza, sobre todo en Gipuzkoa. Por tanto, queremos que se respete a Hamaikabat como partido propio. Todo lo que no pase por ese respeto, desde luego no va a poder ser.
- Su objetivo es firmar una coalición en diputaciones y ayuntamientos, pero están preparando listas propias y presentando ya a algunos candidatos municipales...
- Ojalá podamos cerrar cuanto antes un acuerdo, pero eso no nos impide elaborar nuestras propias listas hasta en 38 ayuntamientos. Un acuerdo es absolutamente necesario porque en el panorama político actual se va a reforzar el denominado polo soberanista y, por otro lado, el frente nacional español del PP y el PSE, el otro polo que está trabajando para desbancar al nacionalismo histórico de cuantas más instituciones mejor.
- ¿Se va a postular usted como candidato en los primeros puestos de la lista a la Diputación?
- Yo fui candidato a diputado general en 2007 por EA, y tuvimos un resultado que nadie se esperaba, nos convertimos en la fuerza determinante en Gipuzkoa (los siete diputados forales electos de EA pertenecen ahora a Hamaikabat). Por eso, tenemos plena confianza en nuestras propias fuerzas, aunque nuestro objetivo es el pacto. A partir de ahí, mi futuro dependerá del partido y de la reflexión interna que estoy yo también haciendo.
- ¿Se plantea dejar la política institucional para dedicarse en exclusiva al partido?
- Esa decisión dependerá de la fórmula electoral que adoptemos, pero no descartaría nada. Soy un apasionado de la política, y si bien es cierto que hace unos años estaba un poco desfondado, la creación de este nuevo partido me ha llenado de ilusión y estoy en una época en la que vivo otra vez la política con pasión.
-¿Qué fotografía ve después de las elecciones en la Diputación?
- La verdad es que no lo sé. Creo que la izquierda abertzale estará presente en las urnas, y es bueno que esté. Por otro lado, el PP y el PSE van a caminar en su entente para tratar de destronar al nacionalismo histórico institucional de la Diputación y los ayuntamientos. Pero este último puede presentar un buen balance de cuatro años y recoger el apoyo de una parte importantísima de la sociedad. De todos modos, es necesario que el nacionalismo institucional adquiera conciencia de que algo ha cambiado en la sociedad para que en lugares donde antes tenía una presencia importante, ahora sea una fuerza mucho menor. Una pérdida de poder político e institucional que no sólo es achacable a leyes electorales hechas 'ad hoc', que también, sino a no haber sido conscientes de la pérdida de presencia social y política en algunos núcleos urbanos. Es necesario un impulso y un revulsivo que nos lleve a adaptar mensajes y estrategias.
- ¿Teme que el pacto PSE-PP llegue hasta la Diputación de Gipuzkoa?
- Creo que depende en gran medida de que la izquierda abertzale esté en las urnas o no. Pero es evidente que el PP y el PSE están haciendo política identitaria y están decididos a ayudarse mutuamente para conseguir mayores cotas de poder.
- ¿Cómo ha seguido la relación entre Zapatero y el PNV?
- Zapatero está en una situación de debilidad extrema, y el PNV ahora, como otros en su día, tratan de poner encima de la mesa sus votos en Madrid para tratar de conseguir mayores cotas de autogobierno y bienestar para la sociedad vasca. Es tan legítimo como necesario. Pero en este tipo de negociaciones, a veces se da cierta imagen de mercadeo que no es positiva, y es preciso ser transparentes en temas que afectan a toda la ciudadanía, como el respeto a la lista más votada.
- ¿Qué augura a ese diálogo?
- Ahí creo que el PNV está haciendo bien, poniendo encima de la mesa cuestiones de nervio, cuestiones que van más allá de temas puntuales como los Presupuestos, y que hay que abordar de manera definitiva, cuando además los últimos meses el retroceso del Estado autonómico está siendo evidente.
- Hablando de cuentas, se tienen que aprobar también las de Gipuzkoa. ¿Se reeditará el pacto de estabilidad del Gobierno foral (PNV y H1!) con el PSE para sacarlas adelante?
- Esa posibilidad existe. Sería bueno y demostraría que es posible y necesario llegar a acuerdos entre diferentes sensibilidades en este país. Los que pensamos que las políticas frentistas no son buenas, aunque esto cada vez lo pensamos menos, observamos que en el día a día y cuando se trata de gestionar el bienestar de la ciudadanía no es tan difícil alcanzar acuerdos con quien a veces tienes la impresión de que te separa un mundo.
- ¿Cómo valora la gestión del Gobierno Vasco en su primer año?
- Es difícil valorar una gestión, cuando ha brillado por su ausencia. Asistimos a un inicio de legislatura con muchísima efervescencia mediática que se ha ido apagando, porque los fuegos de artificio terminan por acabarse. Y a partir de ahí, gestión pura ha habido poca. Quien llega a Ajuria Enea después de decir durante años que lo identitario no está de moda, y ahora están metiéndonos España hasta en la sopa, muestra que no era verdad nada de lo que decía.
- ¿Tiene alguna relación con Eusko Alkartasuna?
- Orgánicamente no, aunque tengo muy buena relación con gente que está en EA, y con gente que se quedó en EA hace un año pero que ya no está, después de lo que ha pasado en los últimos meses.
- ¿Le gustaría recuperar, orgánicamente, esa relación?
- Sí, no tengo ningún inconveniente. Al contrario, somos firmes partidarios de la colaboración entre los abertzales porque hay muchísimas cosas de las que hablar y discutir. Lo que nos diferencia es que no creemos en políticas frentistas.
- Es decir, apoya una unión del nacionalismo histórico, pero no de todas las fuerzas nacionalistas y soberanistas.
- Hay muchas cuestiones en las que se puede colaborar, pero no desde frentes. Hay una obsesión por las etiquetas, por reivindicaciones de estatus concretos sin tener en cuenta que la construcción nacional tiene que ver con el día a día y con una adhesión voluntaria de cada vez más ciudadanos para que Euskadi sea más nación. En el día a día hay que tomar decisiones sobre infraestructuras, políticas sociales, residuos... y los que anhelan frentes nacionales tendrían que preguntarse en cuántas de esas cuestiones hemos estado de acuerdo los partidos abertzales.
- ¿Teme que el polo soberanista haga daño electoralmente al nacionalismo institucional?
- La izquierda abertzale tiene un indisimulado deseo de sustituir al nacionalismo histórico, otra cosa es que lo consiga. Es positivo que la izquierda abertzale vaya dando pasos, aún insuficientes, y que EA dé el paso que ha dado porque clarifica el escenario político. Pero aunque la izquierda abertzale tiene un apoyo social importante, el éxito será relativo si el nacionalismo histórico institucional consigue presentar una oferta renovada, diferente e innovadora. Pero sobre esta cuestión, nos llama la atención que ahora parezca que a EA, tras 30 años, lo único que le separaba de ese mundo era ETA y el posicionamiento de la izquierda abertzale ante la violencia, cuando nosotros siempre habíamos pensado que lo que le separaba era mucho más que eso, era un proyecto de sociedad.
- Estamos en un impasse de ETA, ¿le preocupa su tardanza en pronunciarse tras los movimientos de la izquierda abertzale?
- Me parece preocupante que no llegue una declaración pública, pero también me preocupan las especulaciones que se hacen en cuanto a fechas. Yo creo que ETA va a pasar a la historia dentro de poco, pero es importante que se certifique que es definitivo. A este pueblo no se le puede someter de nuevo a otra tortura en esos términos.

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