domingo, 25 de julio de 2010

«Ya no caza, no la quiero»

El Setter, una raza que abarrota los refugios caninos del País Vasco


200
es la cantidad de Setters que han sido abandonados en el año 2009 en el refugio Zuhaitz-pe
5%
El porcentaje de adopciones de Setters que se dan en el refugio
80%
La proporción de abandonos de razas de caza en las que ha actuado ASAAM-Vizcaya







.Llega la hora del recreo para una de las jaulas del refugio Zuhaitz-pe, donde la colonia de los Setter es mayoría. Entramos tras dos de las cuidadoras del centro y un sobrexcitado Spaniel se adelanta a recibirnos. Frenético, dirige su morro hacia las manos de los presentes, mientras dos de los Setters más descarados imitan su comportamiento. Olisquean. Parecen buscar algo de comida mientras coletean sin parar. Los demás hermanos de raza esperan un paso atrás con flema británica, sin ánimo de molestar. Otros dos cuya raza no se adivina a primera vista observan desde la distancia y ladran de forma alterna buscando atención. Raquel les abre la verja que comunica con una pequeña campa adyacente, donde además de hacer sus necesidades pueden corretear, jugar y desfogarse tras las horas de encierro. Salen disparados.
«Hola, buenas. Mira, que soy cazador, y resulta que desde hace un par de meses esta perra ya no caza nada... o mira, que me jubilo, y ya no voy a ir más a cazar. Me lo quiero quitar». Son palabras de Raquel, una de las responsables del centro, que escenifica una de las razones más manidas que esgrimen los propietarios que abandonan a esta raza, y que han sobrepoblado el refugio en los últimos años.
«Es una pauta que se ha agudizado durante los últimos años y que nos tiene muy preocupados», prosigue. Al igual que los Podencos, los Sabuesos o los Galgos en el sur de España, esta raza de tradición cazadora está siendo víctima de innumerables abusos por parte de los amos más desaprensivos que sólo buscan en ellos su versión utilitaria, destinada casi exclusivamente a época de becada. «No decimos que todos los cazadores les traten mal. Aquí vienen también cazadores con perros que están muy bien cuidados, pero hay muchos que les tienen en condiciones lamentables».
Abusos y maltratos
Entre otras irregularidades, desde la Protectora de Animales se ha detectado mucho tráfico ilegal de estos ejemplares. «Los prestan o los alquilan entre cazadores de forma indiscriminada. No es sólo dejárselo a un amigo. Aquí llegó un Setter cuyo chip nos remitió a un dueño de Sevilla, que se lo había prestado a un amigo, y éste, a su vez, también lo dejó a otros compañeros de caza. Hay que recordar la responsabilidad civil que implica tener un animal. Si por ejemplo el perro causara un accidente de tráfico, el responsable sería su dueño».
La época de caza es una válvula de escape para esta raza, ya que hasta su inicio, los amos más insensibles «los apilan en pequeños cubículos, garajes o trasteros, sin apenas contacto humano. Pero es que cuando les toca trabajar no les dan casi ni de comer para mantener vivo su instinto. Si además son buenos cazadores, tratan de perpetuar su descendencia y les hacen parir nuevas camadas sin parar».
Son más de 200 los ejemplares que de forma casi perpetua son abandonados y acogidos en el refugio, por lo que afloran muchos casos trágicos que Raquel y Gemma recuerdan con tristeza. «Hace no mucho recogimos en la calle a un Setter completamente calvo, despellejado por la sarna. Llamamos a su dueño gracias al chip, y según sus palabras, el animal estaba en tratamiento. Intentamos todo lo posible desde la clínica veterinaria de nuestro centro, pero su situación era irreversible, además de peligrosa para la salud pública ya que la sarna es contagiosa. Tuvimos que sacrificarlo».
El refugio Zuhaitz-pe no funciona como otras perreras donde se sacrifica a los animales de forma sistemática. Mientras no den problemas y haya espacio en las instalaciones, los animales pueden vivir de forma indefinida. El problema radica en la superpoblación. «Cuando no tenemos espacio y no hay alternativa tenemos que hacer un estudio de los ejemplares con menos posibilidades de ser adoptados tanto por edad como por raza. En la mayoría de los casos nos vemos abocados a sacrificar a un Setter ya que sólo se adoptan uno o dos de cada veinte que llegan aquí».
«Incluso sabemos que muchos de estos perros que ya no sirven para cazar suelen terminar ejecutados. Nosotros recibimos hace tiempo a un ejemplar al que iban a pegar un tiro en el monte. Es un delito penado por la ley, aunque suele ser difícil demostrar estos actos. Sólo se multan los casos más extremos y donde hay un testigo», se lamenta Raquel.
Idóneos para casa
«El hecho de que estén catalogados como perros de caza está muy interiorizado en nuestro entorno. Esto dificulta muchísimo las adopciones porque los que vienen a adoptar perros ni los miran porque piensan que son sólo para cazar. Nada más lejos de la realidad. El que adopta un setter para casa no lo abandona jamás porque tienen un carácter inmejorable. Son muy dóciles, nobles, se arreglan muy bien con otras razas, y se conforman con muy poco. Son cariñosos, ideales para acogerlos en una familia».
«Es curioso comprobar que una de las razas que más se adoptan aquí son los Cocker», apunta Gemma. «Si los comparamos con los Setter, por nuestra experiencia, estos últimos son mucho más sociables. Nunca tienen problemas de convivencia. Sin embargo los Cocker tienen mejor cartel».
El único inconveniente que pueden encontrarles desde el refugio es que «al vivir generalmente en el campo necesitarían un pequeño periodo de adaptación a los ruidos de una ciudad, pero es algo común a todas las razas que hayan vivido en un entorno así».
Se acabó el recreo. Los Setters más jóvenes de la jaula están exhaustos de tanto corretear mientras una hembra más pánfila ha buscado muestras de afecto de forma tímida, sin querer molestar. Es la hora de volver al encierro y todos obedecen sin rechistar. Han sido bien educados. Menos uno de ellos, que ni siquiera ha salido a jugar y permanece acurrucado mientras mira tembloroso por el rabillo del ojo. Una cámara le apunta. Comienza a parpadear muy nervioso y gime de forma entrecortada. Parece saber lo que es un disparo.
d.v.Iñigo puerta

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