domingo, 23 de junio de 2013
La cara más amarga de la vejez
Un estudio profundiza en la soledad, para prevenir el aislamiento social de los mayores de 75 años. La empresa Bilaka, nacida en la UPV, está a punto de concluir la primera fase de un ambicioso proyecto
23.06.13 - 00:03 - MARIAN GONZALEZ
DIARIOVASCO.COM
Los mayores oñatiarras se visten hoy de fiesta tras una semana muy intensa, pero no todo es de color de rosa en la vejez. Los tiempos han cambiado y la esperanza de vida ha aumentado, pero con el vertiginoso ritmo de vida actual el aislamiento social y la soledad también crecen, y cada vez son más las instituciones que tratan de abordarlas mediante políticas que favorezcan los vínculos sociales y que respeten la autonomía personal, la diversidad y la igualdad de las personas mayores.
La mayor movilidad social, el fallecimiento de la pareja o amigos, las enfermedades crónicas... son causantes en numerosas ocasiones de las encrucijadas que conducen a la soledad. Y es que el aislamiento social y la soledad son dos caras de la misma moneda. No fácil salir de la espiral, y es por eso por lo que el Ayuntamiento se ha embarcado en el programa Bigira, de la mano de Bilaka con el objeto de prevenir el aislamiento social de los mayores de 75 años.
Durante los últimos cinco meses la empresa surgida en la Facultad de Psicología de la UPV, que promueve la mejora de la calidad de vida de las personas mayores, ha realizado «una foto fija» de lo que es la población de esa edad. Según la directora del proyecto y, a su vez vicedecana , Raquel Malla, «el objetivo final es que sean los propios mayores los que gestionen y coordinen las acciones que se propongan para paliar su posible aislamiento. Nosotros en este momento, y terminada la fase de entrevistas (en la que ha participado en torno a un 40% de la población diana) estamos elaborando un informe con lo detectado, que presentaremos en breve al Ayuntamiento, para que a partir de sus conclusiones pueda llevar a cabo un programa con medidas y acciones específicas que permita prevenir y evitar esas situaciones de aislamiento».
«El objetivo es explorar las vías para ofrecer una mejor calidad de vida a las personas que superan la barrera de los 75 años y viven solas en sus casas- continúa el concejal de bienestar social Manu Egaña- .
Sus necesidades no se detectan fácilmente. La herramienta son los servicios sociales y estos están al tanto cuando se recurre a ellos, bien porque alguien ha dado el aviso o porque el interesado en cuestión ha preguntado por las posibilidades que tiene para acceder a estos recursos, así que las entrevistas realizadas en esta primera fase del proyecto pueden ayudar a identificar las necesidades especiales que puedan existir, los riesgos de abandono o situaciones de aislamiento social. Y, al mismo tiempo, el Ayuntamiento podrá contar con una descripción de las características sociodemográficas de este colectivo, además de proponer posibles intervenciones».
Nivel de satisfacción vital
Este estudio, asimismo, será útil para analizar el «nivel de satisfacción vital» de esta población y percibir si necesitan de apoyo doméstico, adecuación de la vivienda o cuidado personal, entre otras cuestiones.
El objetivo es que sean los mayores los que gestionen las acciones que fomenten la participación activa. En la primera fase no se ha realizado ningún muestreo, se ha trabajado con la población total que supera la edad de 75 años y reside en el casco urbano (302 vecinos).
Primero se hizo una criba de aquellos que, aún viviendo solos, asisten a actividades organizadas desde los servicios sociales o reciben algún otro tipo de apoyo institucional. Y luego están quienes no han querido tomar parte porque tienen una vida muy activa, o simplemente no les ha interesado la iniciativa que es voluntaria. Al final ha participado entorno al 40% de la población diana.
El informe está todavía en la cazuela, pero como avance cabe destacar que en la mayoría de los casos entrevistados y como peculiaridad local, la familia del anciano vive en Oñati y son su principal red social. «Se relacionan más con ellos que con amigos» explica Malla.
Una vez concluido este trabajo de campo, Bilaka ultima esta semana el informe final con las propuestas de esta primera fase. El reto es poner sobre la mesa distintas acciones que ayuden a prevenir los posibles casos de aislamiento que se detecten, y más adelante acometer un estudio similar en el medio rural.
Estas acciones se consultarán con los trabajadores de los Servicios Sociales y los agentes implicados para asegurar su viabilidad, entre ellos la Residencia de Ancianos y el Hogar del Jubilado. que precisamente hoy se viste de fiesta. Durante toda la semana la junta de Pake Leku ha ofrecido alternativas lúdico-culturales para implicarse en la vida del Hogar. Hoy llega el momento de los homenajes y de la multitudinaria comida popular, una receta de éxito para potenciar el contacto social, que es una de las claves de una vejez más saludable y feliz
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