jueves, 23 de diciembre de 2010
SAN ANTONIO DE SANTA ANA GALVÃO.23 DICIEMBRE
Hoy, 23 de diciembre, conmemoramos a San ANTONIO de SANTA ANA GALVÃO, Sacerdote.
SAN ANTONIO DE SANTA ANA GALVÃO (1739-1822) nació en Guaratinguetá, en el estado de São Paulo, Brasil.
Hijo de Antonio Galvão de França, antiguo Capitán Mayor de la ciudad, y de Isabel Leite de Barros, madre de once hijos, San Antonio de Santa Ana creció en un ambiente profundamente cristiano.
Su padre, comerciante acaudalado, pertenecía a la Tercera Orden de los Franciscanos y de los Carmelitas, y era conocido por su generosidad; su madre, también muy religiosa, falleció con 38 años de edad.
A los 13 años, San Antonio recibió una sólida fundación humanista en el seminario jesuita de Belem, en Bahía, pero más tarde, debido a los problemas políticos de la Compañía de Jesús, pasó al convento de Taubaté, cerca de su ciudad natal, de Franciscanos Descalzos Reformados.
En 1760 realizó su noviciado en el convento de San Buenaventura, en Río de Janeiro, donde fue ordenado sacerdote dos años después.
Siendo muy devoto de la Virgen María (“hijo y esclavo perpetuo de María Inmaculada”), eligió para sí mismo el nombre de la madre de ella. Aunque familiarmente se le conocía como Fray Galvão.
A continuación, el padre Galvão fue enviado al Convento de San Francisco, en São Paulo, para perfeccionar sus estudios de teología y filosofía. Fue designado como predicador, confesor de legos y portero del convento.
Como confesor fue especialmente estimado y buscado, y en muchas ocasiones lo llamaban desde lugares muy distantes, a los que se trasladaba caminando, incluso 60 kilómetros.
Por este motivo, en 1769 fue nombrado confesor de un grupo de mujeres piadosas, las “Recogidas de Santa Teresa”, en São Paulo.
En este recogimiento conoció a la hermana Helena María del Espíritu Santo, quien le habló de visiones que tenía donde Jesús le pedía fundar un nuevo Recogimiento.
Convencido, San Antonio de Santa Ana ayudó con la construcción de la casa, y en 1774 se inauguró el Recogimiento de Nuestra Señora de la Concepción de la Divina Providencia.
Al año siguiente, sor Helena María falleció de pronto, y el padre Galvão quedó como único protector de las recogidas. La comunidad creció con él al frente, labor que mantuvo durante catorce años.
Para ellas escribió un estatuto, que fue una extraordinaria guía para la vida interior y la disciplina religiosa. Éste es el principal escrito que nos legó San Antonio de Santa Ana, y donde su personalidad se plasma mejor.
Otros catorce años adicionales, de 1788 a 1802, tomó la construcción de la iglesia anexa; en la obra, San Antonio fue arquitecto, maestro de obras, e incluso picapedrero.
La obra completa, a la que en la actualidad se conoce como Monasterio de Nuestra Señora de la Luz, fue declarada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO en 1988; ahí reposan sus restos mortales.
Ya en vida, Fray Galvão gozaba de un aura de santidad, y era muy querido por todos los ciudadanos; al grado de que muchas veces intercedieron por él para que permaneciera en São Paulo.
A San Antonio de Santa Ana se le atribuyen en vida numerosos milagros de curar personas enfermas por medio de oraciones a la Virgen María; asimismo se le atribuyen fenómenos místicos, como los éxtasis y la levitación.
El papa Benedicto XVI canonizó en 2007 a San Antonio de Santa Ana Galvão. Es el primer santo nacido en Brasil.
SAN ANTONIO DE SANTA ANA GALVÃO nos enseña el valor de la paz y la caridad para ofrendarnos a los demás.
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