miércoles, 23 de marzo de 2011

Jon Odriozola, director del Bidelan.



«Como la Real, pero en el ciclismo»
Jon Odriozola, director del Bidelan, quiere sacar un equipo profesional. El oñatiarra busca la implicación de técnicos, corredores, empresas e instituciones para llegar a la máxima categoría

Desde que hace un mes arrancara la temporada, Bidelan-Kirolgi no ha hecho más que buscar la victoria. No sólo la que se premia con besos y ramos de flores sino, sobre todo, la más perseguida por el ciclismo amateur: el salto al profesionalismo.
«He entrado aquí para impulsar el proyecto de un equipo profesional en Gipuzkoa», aclara Jon Odriozola, director esta campaña del equipo. «Y creo que estoy en el lugar adecuado para conseguir el objetivo», apuntala. No cesa en su labor de gestión para reunir los medios que requiere una estructura profesional mientras dirige deportivamente una formación en el pelotón aficionado, convencido de que «un buen trabajo en el Bidelan-Kirolgi ayudará a vender mejor el proyecto».
Todo su discurso pivota en torno al concepto «implicación». Reconoce así que «mi primer objetivo aquí ha sido conseguir que se implique la Fundación Oreki y gracias a ella se ha elaborado un dossier en el que se resume por qué tiene que haber un equipo profesional en Gipuzkoa».
El ex corredor profesional justifica la «necesidad» de crear tal estructura en que «en nuestro territorio encontramos potencial empresarial, puntales en los sectores relacionados con el ciclismo como el de la ropa o las bicicletas, la mejor afición del mundo y una buena cantera. ¿Qué más hace falta? Sólo implicación. Que una empresa de el primer paso».
La idea pasa por construir un proyecto piramidal «donde el equipo profesional sería la cabeza, pero se trabajaría con un equipo amateur para dar salida a los jóvenes. Además, se trataría de hablar con los equipos de base y las federaciones para conjuntar un trabajo de formación», explica un Odriozola que insiste en la importancia de «que sea algo que saquemos adelante entre todos los guipuzcoanos». Y cita nombres como los de Iñaki Murua o Abraham Olano como referencias con las que contar.
Cree el técnico que «hoy en el ciclismo se mira más hacia arriba que hacia abajo, cuando la verdadera inversión hay que hacerla en la base. Ahí es donde hay que afianzar unos valores». Puestos a buscar modelos, reconoce que «quiero reunirme con responsables de la Real Sociedad porque creo que es un ejemplo a imitar en cuanto a estructura. Basado en la cantera, en Gipuzkoa, con un seguimiento y un trabajo de conjunto desde abajo, con respaldo social».
«Garate tiene que pasar»
Ante quien se escuda en la presencia de Euskaltel-Euskadi como equipo de la tierra para no apostar por el proyecto, apela de nuevo al símil futbolístico para asegurar que «también el Athletic esta ahí y no pasa nada. La presencia de Euskaltel es buena para todos, pero no elimina la necesidad de que surja otra formación profesional en Gipuzkoa».
El trabajo en la carretera le ha motivado para continuar con el de los despachos. «Ahora me doy cuenta de que el ciclista amateur está descuidado. Gente como Jon Garate tenía que ser conocida para los equipos Pro Tour. No tengo ninguna duda de que posee nivel para ser profesional. Me ha sorprendido gratamente el nivel que hay en carreras como las de la Copa de España. No existe tanta diferencia con respecto al profesionalismo. Tal vez en los autobuses, pero no en la carretera».
En el mes que lleva dirigiendo el equipo en competición ha intentado «inculcar a cada corredor una identidad definida basada en la valentía y la idea clara de que las carreras están para ir a ganarlas».
Se muestra encantado con el rendimiento de ciclistas como Gorka Agirrezabala, «un trabajador que mejoraría en profesionales», Unai Iparragirre, «con mucha fuerza que se podría explotar arriba», Julen Mitxelena, Mikel Elorza o Joseba del Barrio.
D.V.tik

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