El próximo sábado, la cita de aficionados también subirá Santipillau , pero el final será en Olakua. El bergarés Hodei Orobengoa se proclamó txapeldun, e Iñaki Mugarza fue el primer oñatiarra
OÑATI.
Objetivo conseguido. Si el Aloña pretendía con el nuevo trazado dar más espectacularidad a la anual cita ciclista festiva y popularizarla, lo logró. El hecho de que el inicio y el final de la carrera juvenil fueran en la plaza, hizo que la llegada de los txirrindularis fuera seguida por numeroso público, lo que siempre se agradece en las categorías del ciclismo base.
El objetivo del Aloña era que la cita de aficionados sub-23 del próximo sábado, penúltima prueba puntuable para el Trofeo Lehendakari, también tuviera la meta en la plaza, pero el hecho de que se celebre el Congreso de Nabarralde, hará que finalmente la carrera concluya en Olakua, manteniéndose, eso sí, la cuesta de Santipillau y buena parte del trazado que tanto juego dio el domingo.
Lo cierto es que la carrera fue bastante loca y no se decidió hasta el final. A doce kilómetros de la llegada, en la variante oñatiarra, el corredor del Caja Rural, Asier Unanue, lanzó un ataque que siguieron el bergarés Hodei Orobengoa (Sumofic) y el bizkaitarra Imanol Díaz (Fonara). En Santipillau este último perdió rueda, y a falta de 500 metros el mahonero se marchó en solitario lo que le permitió celebrar el triunfo tranquilo.
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