Markel Irizar, cortado por el viento y 51º a 12.47 de Cancellara, no terminó "nada contento"
Roubaix. Tres de los ocho vascos participantes llegaron a Roubaix. El mejor fue Markel Irizar (51º a 12.47), por delante de Iñaki Isasi (59º a 14.32) y Gorka Izagirre (89º a 23.00). El de Ormaiztegi, sin embargo, fue clasificado fuera de control, como todos los corredores a partir del 75º, entre los que se encontraban Boom, Farrar o Burghardt.
El oñatiarra, que gozó de cierta libertad en un RadioShack que situó undécimo a Greg Rast, no acabó "nada contento. Cuando todo el pelotón se ha cortado por el aire, me he quedado muy rezagado. Después he ido remontando, he ido cogiendo grupos como he podido, hasta que encontré mi sitio y ahí me quedé. Venía en el grupo de Isasi, pero se rompió en el último tramo de pavés". Tras volar ayer mismo a Oñati, esta semana disputará la Vuelta a Castilla y León, en la que "intentaré recuperar fuerzas las tres primeras etapas y disputar a tope la contrarreloj. Será la primera que haga con RadioShack, y me hace ilusión".
Peor lo pasó Euskaltel-Euskadi, que debió salir con sólo seis hombres. A la baja de Aitor Galdos por el derrame sinovial que sufre en una rodilla, se unió a última hora la de Jonathan Castroviejo, que pasó la noche vomitando. Sergio de Lis apenas cubrió unos kilómetros, porque su distensión de cadera no le permitió más. Pablo Urtasun no vio Arenberg, a donde Romain Sicard y Javier Aramendia ya llegaron cortados, lo que les obligó a abandonar, lo mismo que Imanol Erviti (Caisse d"Epargne).
Iñaki Isasi, en cambió, cogió la fuga. En su debut en la prueba, el alavés salió de Compiègne espoleado por las "ocho caídas" sufridas en las clásicas belgas. "Fueron chapa y pintura, pero moralmente ha sido duro para el equipo y no quería volver a caerme. Por eso busqué la escapada. La pena fue que nos costó muchísimos kilómetros alcanzar el minuto. Disfruté al pasar escapado por Arenberg y los tramos más complicados, lo que me permitió llegar a meta sin percances".
También era debutante Gorka Izagirre, que alcanzó el velódromo, que "era mi objetivo", aunque luego supo que fuera de control. El de Ormaiztegi explicó que "no me cegué para coger la fuga", pero luego se dejó "muchas fuerzas para empalmar al entrar en Arenberg, porque poco antes me caí dos veces, una de ellas contra una isleta en la que di la vuelta campana. Ese esfuerzo lo acusé después. Me ha encantado la carrera, más que Flandes, donde las carreteras son peores y me retiré por una caída. Seguro que vuelvo".
Dado que la escuadra naranja partió muy mermada, Josu Larrazabal valoró que "hemos cumplido el objetivo de coger la fuga y luego llegar a meta. La experiencia en las clásicas ha sido dura por las caídas, pero en Roubaix, teniendo en cuenta cómo salimos, el balance es muy bueno. Este ciclismo es así".
NDG.
lunes, 12 de abril de 2010
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