domingo, 12 de mayo de 2013

San Lucas 24,46-53.

Jesús dijo a sus discípulos: «Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día.


Luego debe proclamarse en su nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, comenzando por Jerusalén, y yendo después a todas las naciones, invitándolas a que se conviertan.

Ustedes son testigos de todo esto.

Ahora yo voy a enviar sobre ustedes lo que mi Padre prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad hasta que sean revestidos de la fuerza que viene de arriba.»

Jesús los llevó hasta cerca de Betania y, levantando las manos, los bendijo.

Y mientras los bendecía, se separó de ellos (y fue llevado al cielo.

Ellos se postraron ante él.) Después volvieron llenos de gozo a Jerusalén,

y continuamente estaban en el Templo alabando a Dios.





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