Zumeltzegi, un hotel con mucha historia
La medieval torre se convierte en un establecimiento de tres estrellas. Tras una larga rehabilitación, la antigua residencia de los condes de Oñati, abrirá sus puertas el sábado
26.05.13 - 00:16 - :: MARIAN GONZALEZ
La historia de Oñati está indiscutiblemente ligada a la Torre Zumeltzegi. Es la construcción civil de mayor antigüedad de la villa, y un símbolo del poder de los Guevara, que desde 1149 y hasta 1845 en calidad de señores feudales, gobernaron el municipio desde su imponente atalaya, una colina desde la que se divisa todo el pueblo.
Sus muros han visto pasar siglos de historia, de encarnizadas luchas banderizas, complots, amores, desamores, encuentros y desencuentros, ya que desde el siglo XIII y hasta mediados del siglo XIX momento en el que se procede a la venta y liquidación de los bienes condales, sus propietarios fueron los jauntxos de la villa.
En 1900, la casona, ya destinada al uso agropecuario, fue adquirida por Juan Ignacia Guridi ( abuela de los actuales propietarios), que al enviudar compró la propiedad para un uso agrícola-ganadero.
La familia Gorostidi Anduaga se ha criado en ella, consciente de que su hogar, ahora reconvertido en hotel, ha marcado la historia de Oñati, que no se liberó del dominio del conde y se incorporó a Gipuzkoa hasta 1845.
La idea de revalorizar el edificio familiar y acometer un proyecto sostenible en el tiempo, que mantuviera muchos años más la torre y su entorno, llevaba más de una década rondando en la cabeza de Fernando, y tras no pocos quebraderos de cabeza el sueño se ha hecho realidad.
La transformación no ha sido sencilla, ya que se trata de un edificio catalogado como Bien Cultural Calificado con la categoría de monumento.
La concepción arquitectónica propuesta por Luis Etxegarai e Itziar Zelaia se ha basado en una mínima intervención sobre el edificio monumental , y en la demolición de todos los edificios anexos que no eran objeto de ningún tipo de protección y tenían además la condición de «actuaciones inadecuadas o degradantes». Así toda la intensidad del proyecto se ha trasladado a yuxtaponer al edificio existente de la torre otro que acoge el restaurante y dos viviendas.
En cuanto a su rehabilitación interior, el decorador José Mari Rojo ha conseguido crear una serie de ambientes con la sana intención de dejar que la presencia histórica impregne la vida en el hotel, pero sin caer en una propuesta puramente historicista, integrando patrimonio y elementos recuperados con piezas de materiales nobles y mobiliario moderno cuidadosamente escogido, en una espectacular fusión.
No es de extrañar, por tanto, que su próxima inauguración haya despertado expectación en la villa por lo que supone históricamente la casa-torre, el largo proceso de rehabilitación, y la oportunidad de poder 'dormir y comer como un conde'. Y es que antes de que la familia Gorostidi Anduaga decidiera invertir en este proyecto, bajo sus muros se ha escrito la historia. Cuenta la leyenda que en ella han dormido varios reyes, o que el conde divisaba desde su aposentos las ejecuciones de sus opositores. Hay quien cree que los saltos que daban baldosa a baldosa los vasallos oñatiarras, cuando le iban a entregar sus tributos, fueron el origen del mote de txantxikus, y nadie pone en duda el poder del 'señor de Oñati' en la corte.
Ahora las celdas en las que los que resistían al conde eran encerrados, han dado paso a una sobria recepción, presidida por un cuadro de Ladrón de Guevara. Y las cuatro plantas de edificio acogen doce habitaciones y un pequeño comedor para 16 personas, que se completa con otro anexo para 46 comensales.
No es obviamente la primera remodelación a la que se somete la torre. Desde su construcción fue rehabilitada en varias etapas con el fin de adaptarse a las nuevas necesidades de cada momento. Pero seguro que ninguna ha sido tan minuciosa, ya que al tratarse de un edificio calificado y protegido, todos los permisos de obra y proyectos han sido supervisados directamente por el Gobierno Vasco y la Diputación.
Proyecto familiar
«Empezamos con el proyecto hace más de diez años explica Fernando Gorostidi, Veíamos que la torre se iba a quedar sola, se nos hacía incómoda para los aitas y además queríamos darle el destino que merece la torre y su entorno, y buscábamos un proyecto sostenible en el tiempo que mantuviera la torre muchos años más. Primero tuve que convencer a mis otros cuatro hermanos y luego a mis padres y tíos, no ha sido un camino fácil, pero el resultado ha merecido la pena. Aunque en principio pensamos contratar una gerencia externa, he decidido seguir capitaneando el hotel con el apoyo de mis hermanos y de un equipo de siete profesionales con experiencia en el sector.
En los tiempos de crisis que corren, abandonar una gerencia en una cooperativa, (Ulma Precinox) para gestionar un negocio propio no esta exento de riesgos y Fernando lo sabe, pero el proyecto requiere de una dedicación que no es fácil delegar, así que en breve dejará el mundo del cooperativismo por el pilotaje de una SL muy particular, la formada junto a sus padres, tío y cuatro hermanos. «Me han ofrecido un buen puesto -explica sonriente- y no he podido rechazarlo».
La crisis corta muchas alas, pero Fernando está convencido de que hay una franja en el ámbito de la restauración comarcal por desarrollar : «'alto standing' a precio competitivo», y a partir del sábado quiere demostrar que no se equivoca. Sabe que hay hoteles que en sí mismos son un atractivo, un motivo para el viaje. Y quiere que Zumeltzegi sea un referente para ello.
A su favor tiene un paisaje espectacular, unas vistas excepcionales y un alojamiento que respeta la huella de la historia y la funde con una línea estética contemporánea.
La gastronomía, la decoración, la arquitectura, todo conspira para convertir a este hotel en un destino especial . Su cocina se autoabastecerá con productos de la casa, de su ganadería y su huerta. «Vamos a ofrecer un comida distinta, del entorno y de calidad, pero con un toque diferencial -relata-. Tendremos menú del día, especial y a la carta, una terraza privada para el hotel y otra para cualquier persona que quiera disfrutar de las vistas y tomarse algo sin tener la necesidad de estar alojado. «Es una forma de abrir Zumeltzegi a todos los públicos no solo a los que se alojen en el hotel» explica. La torre más emblemática empieza a escribir una página más en su ilustre historia.
LOS DATOS
Hotel . Tiene 12 habitaciones, todas ellas distintas y con personalidad propia, y dos comedores, uno en la propia torre para 12 personas que sirve además de sala de reuniones de empresa, y otro en la construcción anexa para 46. Además de una terraza abierta al público y otra privada para los clientes del hotel. Todas las áreas están equipadas con wifi de alta velocidad y aire acondicionado.
Inauguración. Abre sus puertas el próximo sábado, 1 de junio, aunque esta semana ya se ha puesto rodar experimentalmente en 'petit comité'. De momento no habrá actos protocolarios, barajan la posibilidad de celebrar una fiesta inaugural en septiembre.
Proyecto familiar. Toda la familia Gorostidi- Anduaga, los padres, el tío y los cinco hermanos han constituido una S.L con una inversión importante..
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