El estallido de la bomba en una cantera de Arantzazu lanzó fragmentos a más de 600 metros. Un ciudadano alertó el día 20 de la presencia del artefacto en el río
La mañana del pasado día 20 de agosto fue un día de obuses en el río Deba. La casualidad quiso que dos artefactos provenientes de la Guerra de 1936 fueran descubiertos casi simultáneamente en Bergara y en Elgoibar. Ambos artefactos descansaban en el lecho fluvial desde hace décadas pero conservaban intacta su mortífera carga explosiva. Y el más peligroso, por sus dimensiones, era el de Bergara, con un peso de más de 50 kilos. El obús hallado en Elgoibar era algo más pequeño. Tras ser avistado por unos jóvenes, la bomba fue explosionada de manera controlada en una cantera de Mendaro por los artificieros de la Ertzaintza. Estos tuvieron una mañana ajetreada en el valle del Deba.
Un ciudadano que paseaba esa mañana por el puente de Ozaeta observó en el lecho del río la forma de lo que parecía un obús. El escaso caudal y la claridad de las aguas confirmaron la presunción, y la Policía Municipal solicitó la presencia de los artificieros. Tras acordonar la zona y cerrar el puente durante aproximadamente una hora, los desactivadores de la Ertzaintza se hicieron cargo del siniestro 'pepino', todavía activo después de más de 70 años. No se sabe si el artefacto permaneció debajo del río durante todo ese tiempo, o si llegó arrastrado por alguna riada.
El obús fue explosionado el mismo día en una cantera de Arantzazu, y su estallido lanzó fragmentos de piedra a más de 600 metros.
d.v.
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