Nosa Señora da Barca es una Virgen de Muxía (A Coruña) que de joven había hecho la carrera naval y tenía una barca en propiedad. Presumiblemente dicha barca era de piedra. La existencia de la Nosa Señora, puesta en duda por algunos ignorantes, está confirmada entre otros testimonios fiables por el del barón León Rosmithal de Bohemia, que en 1466 durante una visita a Galicia, estuvo en la citada barca invitado por la propia Madre de Dios. Parece ser además que la Virgen, en aquel momento recién llegada de las Indias, obsequió al barón con una taza de chocolate con azúcar, una bebida inventada por las monjas del convento de Guaxaca en el siglo XVI. Según dejó escrito el barón, dicha bebida era deliciosa. Y muy estimulante.
La otra es Nosa Señora das Chaves. Una virgen que vive en el convento de Santa Clara, en la calle San Roque, de Santiago de Compostela. Alter ego del personaje anterior, sin embargo esta no navegaba y simplemente se ocupó durante años de abrir y cerrar la puerta del convento pacientemente, hasta que las monjas se decidieron a instalar por fin un portero automático. El portero automático funciona a la perfección. Lo sé porque tengo unos amigos que viven al lado y he visitado el convento a menudo.
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