Hoy, 14 de agosto, conmemoramos a San MAXIMILIANO MARÍA KOLBE, Mártir.
SAN MAXIMILIANO MARÍA KOLBE (1894-1941) nació en Zdunska-Wola, entonces parte del Imperio Ruso, cerca de Lódz, hoy Polonia.
Raimundo
Kolbe era hijo de un humilde obrero textil. Se educó en la escuela
franciscana de Lemberg, la actual L’viv, que pertenecía al Imperio
Austrohúngaro.
A los 17 años fue aceptado como fraile con los
Menores Franciscanos, con el nombre de Maximiliano María. Tuvo
oportunidad de estudiar en Roma teología y filosofía, y fue ordenado
sacerdote en 1918.
San Maximiliano María volvió entonces a su
país para impartir filosofía e historia de la Iglesia en el seminario
franciscano de Cracovia; al mismo tiempo se dedicó a la labor editorial,
sacando a la luz periódicos y publicaciones cristianos.
A pesar
de que enfermó de tuberculosis, en 1927 fundó en Teresin, al oeste de
Cracovia, el monasterio “Niepokalanów”, conocido como Ciudad de la
Inmaculada, que fue el centro de labor de propagación de la fe. Su
órgano de difusión fue la revista “Caballero de la Inmaculada”, que en
su mejor época llegó a tirar casi un millón de ejemplares.
Más
tarde, en 1930, San Maximiliano María Kolbe expandió su vocación
misionera hacia Nagasaki, Japón, siendo también el trabajo editorial su
ocupación primordial. Ahí estableció una Ciudad de la Inmaculada hermana
de la polaca, la Mugenzai No Sono, y publica en japonés la revista
“Caballero de la Inmaculada”, “Seibo No Kishi”.
En el lejano
Oriente fundó numerosas estancias misioneras, e incursionó especialmente
en la radio de aficionados para difundir el Evangelio a nivel masivo
–labor que prosiguió en la Ciudad de la Inmaculada cuando regresó a
Polonia en 1936.
En septiembre de 1939, el Reich alemán invadió
alevosamente Polonia, dando inicio a la segunda guerra mundial. La
ocupación del país fue muy rápida, pero en la nueva situación a los
invasores les empezó a molestar la presencia de San Maximiliano María
Kolbe.
Finalmente, un año después, en septiembre de 1940, fue
aprehendido por los nazis y trasladado al campo de concentración de
Oranienburg. Fue liberado en diciembre, pero en febrero de 1941 fue
detenido otra vez, y en esta ocasión enviado al campo de exterminio de
Auschwitz.
Al llegar al siniestro sitio volvió a cambiar de nombre: dejó de ser Maximiliano María, y pasó a ser el número 16670.
En
Auschwitz le fueron asignadas las labores más humillantes, como el
transporte de cadáveres al crematorio; sin embargo aquí brilló su
espíritu de ayuda y amor al prójimo.
Debido a la fuga de un
prisionero, los nazis tomaron represalias matando de hambre a otros
diez. Uno de los desafortunados comenzó a gritar y llorar, pues era
casado y padre de familia. Entonces, el número 16670 se ofreció para
morir en su lugar, diciendo: “Soy sacerdote católico, y no soy casado.”
En
la “celda de las hambrunas”, San Maximiliano sobrevivió a los otros
nueve desdichados. Se dice que se le oía cantar y rezar a cada rato.
Desesperados, los nazis lo asesinaron aplicándole una inyección de
fenol.
En 1982, el papa Juan Pablo II canonizó a San Maximiliano
María Kolbe, llamándolo “patrono de nuestro difícil siglo”. Es también
santo patrono de los periodistas y de los radioaficionados.
SAN MAXIMILIANO MARÍA KOLBE nos enseña, junto con San Juan, que “nadie tiene más amor que el que da la vida por sus amigos”.
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