viernes, 7 de diciembre de 2012

San Mateo 9,27-31.

Cuando Jesús se fue, lo siguieron dos ciegos, gritando: "Ten piedad de nosotros, Hijo de David".


Al llegar a la casa, los ciegos se le acercaron y él les preguntó: "¿Creen que yo puedo hacer lo que me piden?". Ellos le respondieron: "Sí, Señor".

Jesús les tocó los ojos, diciendo: "Que suceda como ustedes han creído".

Y se les abrieron sus ojos. Entonces Jesús los conminó: "¡Cuidado! Que nadie lo sepa".

Pero ellos, apenas salieron, difundieron su fama por toda aquella región.



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