Ahorradme las palabras, habría dicho.
¿Puede el fuego guardarse en una arqueta?
Despojad de artificio este milagro
de Hombre en despedida.
Y quedaron sus manos en un gesto
de cascadas y mar en precipicio,
un cosmos encerrado en una hogaza
que se parte en silencio.
Dos manos que aún estaban casi intactas.
Pedro Miguel Lamet, SJ
Del libro: Las palabras pequeñas. - Estella (Navarra), 1992
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