El Ayuntamiento y Bigira han
realizado un diagnóstico sobre los mayores de 75 años que viven solos.
La situación es buena en la mayoría de los parámetros estudiados, pero
se aconsejan medidas preventivas
04.01.14 - 00:12 -
«El secreto de una buena vejez no es otra cosa que un pacto
honrado con la soledad» decía Gabriel García Márquez. Y quizá por eso
el Ayuntamiento se ha embarcado en el programa Bigira. Un diagnóstico de
la situación de nuestros mayores con respecto al aislamiento social,
que tiene dos ejes centrales: su prevención, y la potenciación del
envejecimiento activo integrado en la comunidad.
Los tiempos han cambiado y la esperanza de vida ha
aumentado, pero con el vertiginoso ritmo de vida actual el aislamiento
social y la soledad también crecen, y cada vez son más las instituciones
que tratan de abordarlas mediante políticas que favorezcan los vínculos
sociales y que respeten la autonomía personal de las personas mayores.
La mayor movilidad social, el fallecimiento de la pareja o
amigos, las enfermedades crónicas... son causantes en numerosas
ocasiones de las encrucijadas que conducen al aislamiento social. Cuando
la salud y el ánimo no acompañan, y uno se siente solo, no es fácil
salir de la espiral, de ahí que el Ayuntamiento haya decidido tomar
cartas en el asunto.
No obstante, el concejal de servicios sociales Manu Egaña
ha querido matizar que «es importante no estereotipar a las personas
mayores como aislados e indefensos, ya que muchos, la gran mayoría de
los mayores de Oñati, siguen bien conectados y activos en sus
comunidades a través de grupos de voluntariado o grupos culturales,
sociales y religiosos. Algunas personas pueden necesitar una interacción
social más dinámica que otras y simplemente pueden disfrutar tranquilos
a solas de su tiempo».
El reto es poner sobre la mesa distintas acciones que
ayuden a prevenir los posibles casos de aislamiento social, porque
afecta la salud y el bienestar del adulto mayor. «Por eso es tan
importante abordar este tema escuchando a los mayores y consultando con
actores claves de los sectores sin fines de lucro, públicos y privados»
relata Egaña.
«El entorno de las personas mayores va cambiando, no quiere
decir que necesariamente sean dependientes, pero sí que sus relaciones
sociales van mermando por diferentes circunstancias: amigos que
desaparecen, hijos que viven fuera, el fallecimiento de su pareja... Eso
y la vulnerabilidad frente a las enfermedades o el deterioro físico,
desencadenan a veces sentimientos de indefensión. De lo que se trata,
por tanto, es de prevenir y evitar estas situaciones de soledad»,
explica la directora del programa Raquel Malla.
La empresa Bilaka, que promueve la mejora de la calidad de
vida de las personas mayores, ha realizado «una foto fija» de lo que es
la población de esa edad cuyo objetivo final es el que sean los propios
mayores los que gestionen y coordinen las acciones que se propongan para
paliar su posible aislamiento.
«Nosotros hemos elaborado un informe con lo detectado, que
hemos presentado al Ayuntamiento, para que a partir de sus conclusiones
pueda llevar a cabo un programa con medidas y acciones específicas»
relata.
«El objetivo es explorar las vías para ofrecer una mejor
calidad de vida a las personas que superan la barrera de los 75 años y
viven solas en sus casas -continúa el edil Manu Egaña- .«Sus necesidades
no se detectan fácilmente. La herramienta son los servicios sociales y
estos están al tanto cuando se recurre a ellos, bien porque alguien ha
dado el aviso o porque el interesado en cuestión ha preguntado por las
posibilidades que tiene para acceder a estos recursos, así que las
entrevistas realizadas en esta primera fase del proyecto han permitido
ayudar a identificar las necesidades especiales que puedan existir, los
riesgos de abandono o situaciones de aislamiento social. Y, al mismo
tiempo, el Ayuntamiento dispone de una descripción de las
características sociodemográficas de este colectivo, además de proponer
posibles intervenciones».
Este estudio, asimismo, es además útil para analizar el
«nivel de satisfacción vital» de esta población y percibir si necesitan
de apoyo doméstico, adecuación de la vivienda o cuidado personal,
identificar la posible existencia de limitaciones de movilidad o
necesidades relacionadas con los servicios sociales entre otras
cuestiones.
Ha participado el 40%
En esta primera fase no se ha realizado ningún muestreo, se
ha trabajado con la población total que supera la edad de 75 años y
reside en el casco urbano (282 vecinos). Una segunda fase abordaría el
rural.
«Primero se hizo una criba de aquellos que, aún viviendo
solos, asisten a actividades organizadas desde los servicios sociales o
reciben algún otro tipo de apoyo institucional. Y luego están quienes no
han querido tomar parte porque tienen una vida muy activa, o
simplemente no les ha interesado la iniciativa que es voluntaria. Al
final ha participado entorno al 40% de la población diana». La media de
edad ha sido de 82 años, entrevistándose a personas de entre 75 y 95
años.
Bilaka describe la población estudiada, como formada
mayoritariamente por «mujeres viudas que tiene hijos y otros parientes
cercanos residentes en el mismo municipio o sus cercanía, con lo que
mantienen relación y que, mayoritariamente, desean seguir viviendo en su
propia casa».
Una de la claves de futuro será el desarrollo de proyectos
intergeneracionales de forma cooperativa, potenciando el empoderamiento
de los mayores, de forma que aporten su conocimiento y experiencia.
PROPUESTAS
Estado cognitivo
Estado cognitivo
Diagnóstico formal y seguimiento: Realizar un diagnóstico
que permita confirmar o descartar la presencia de deterioro cognitivo,
así como determinar el alcance y hacer un seguimiento. Proponen además
valorar el tipo de ayudas recibidas y organizar un taller de
psicoestimulacion cognitiva.
Redes alternativas
Propuesta preventiva: Consiste en establecer alternativas
de apoyo para aquellas personas que no cuentan con apoyo o solo cuentan
con la básica ( hijos). Se trata de una propuesta preventiva de cara a
la posibilidad de que la red próxima no pueda hacer frente y servir de
apoyo a la persona mayor en alguna situación de crisis.
Ayuda para gestiones
Servicio de ayuda: Organizar con la cooperación de
adultos y personas mayores con experiencia en este campo, un servicio de
ayuda para personas mayores que no se desenvuelven adecuadamente en
terrenos administrativos.
Grupos de apoyo a familiares
Reuniones y formación: Se recomienda la creación de
grupos de apoyo para cuidadores en los que aparte de reunirse
periódicamente para compartir experiencia y estrategias, pudieran
recibir formación sobre temas de su interés.
Diseño de un programa intergeneracional de coaprendizaje
Mayores y jóvenes: Programa de intercambio de
conocimientos entre personas mayores y jóvenes de entre 12 y 15 años.
Uso de las TICS, por parte de los jóvenes y conocimientos sobre el
trabajo doméstico o rural, por parte de los mayores.
Trabajo cooperativo
Diseñar proyectos en grupo: Por ejemplo, recopilación de
juegos o canciones infantiles habituales en su infancia para organizar
talleres en que se compartan con los niños de las escuela.
Grupos de apoyo al duelo
Falta de apoyo emocional: Grupos en los que se ofrezca
apoyo para la elaboración y resolución del duelo en los casos que, por
edad o falta de apoyo emocional, no se pueda afrontar individualmente.
Servicio 'Ir a la compra'
Coordinación: Explorar la posibilida de coordinarse por
barrios y grupos interesados den entorno rural y urbano, para organizar
un servicio de compra para aquellos artículos de más peso y/o asistir a
mercadillos o ferias.
Actividades en la residencia
Relacionar a estudiantes con residentes: Proponen actividades como la construcción de un libro de vida o de recuerdos.
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