12.02.14 - 00:09 -
MARIAN |
Arantzazu volvía a vestirse ayer de blanco, pero sin mayores consecuencias, porque el fino manto no causó grandes contratiempos en la rutina diaria de los alrededores del Santuario. Fue una jornada de más frío que nieve, que obligó a echar mano de los plumíferos, las bufandas y las capuchas, a transportistas, vecinos y mendizales. El termómetro marcaba 0 grados al mediodía, y eso obligaba a arroparse bien o tomarse un reparador café o un caldo para combatir el frío, además de caminar con precuación. Como siempre que blanquea no faltaron 'derrapadores' en el parking.
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