Zuk zer duzu, Arantzazu! amets kabi, otoitz-leku. Euskalerria oso
osorik kantari dijoakizu» dice la famosa estrofa de Salbatore Mitxelena.
Y esa misma pregunta se la hace aún mucha gente. ¿ Cómo puede haberse
salvado de todos los incendios, exclaustraciones y hechos de toda índole
que ha sufrido a lo largo de su historia?
Para los más devotos está claro, es un milagro. Otros aluden a la resistencia y pequeño tamaño a de la imagen ( tiene 36 centímetros), que es de piedra policromada. Sea lo que fuere, la patrona de Gipuzkoa, que se conserva tal y como el pastor Rodrigo de Balzategui la encontró hace más de cinco siglos, festeja pasado mañana su gran día, y aunque la celebración ya no tiene el arraigo de antaño, la fiesta está servida.
Hasta la carretera, se ha puesto 'guapa' para la ocasión. La regeneración del firme que la Diputación ha llevado a cabo, entre los puntos kilométricos tres y ocho con un presupuesto de 568.000 euros alcanzan su recta final. Así que tantos los caminantes, como los que acudan en vehículos particulares podrán apreciar ya la desaparición de algunos baches, socavones y desniveles en el asfalto.
Aunque el verdadero milagro para muchos sería, que se hiciese un vial que contemplase una especie de bidegorri o carril para caminantes, para que la gente que sube y baja andando, lo haga con seguridad. «Además de un foco religioso, Arantzazu es una de las principales puertas de entrada al Parque Natural de Aizkorri y un referente artístico y espiritual, viene gente de toda la provincia andando, qué lugar mejor para hacer un bidegorri» es una de las frases más habituales.
El martes, el trasiego está asegurado, aunque el hecho de que se no sea festivo provincial, hace que no se esperen aglomeraciones. Sí estarán nuevamente las primeras autoridades de la política vasca, aunque sin actos protocolarios. Salvo contratiempos de agenda de última hora, está confirmada la presencia del lehendakari Urkullu, así como del diputado general Garitano y otros miembros del gabinete foral.
Todos ellos serán saludados por el gobierno municipal a las 11.45 horas en el exterior de la Basílica pero sin ceremonias oficiales. El gobierno municipal de Bildu y los representantes forales visitarán en Gandiaga Topagunea la exposición de esculturas 'Amets-Kabi' y se reunirán con los franciscanos, pero no asistirán a la misa mayor que oficiará el obispo Munilla al mediodía. Si acudirán al templo el lehendakari Urkullu y los ediles oñatiarras del PNV junto a cientos de fieles.
Más de cinco siglos
El origen de la devoción a la Virgen de Arantzazu se remonta a cinco siglos atrás. Los promotores del culto fueron la Cofradía de Arantzazu y la beata Juana de Arriarán. La Cofradía estuvo integrada inicialmente por vecinos de Mondragón y de Oñati quienes facilitaron el acceso al lugar del hallazgo de la imagen, mejorando el camino de herradura que pasaba muy cerca del recinto sagrado y abriendo entre peñas la peligrosa bajada del mismo.
Los arrasatearras abandonaron la orden antes de 1491 para evitar rivalidades y los oñatiarras quedaron solos y bajo la guía de la villa, que optó por levantar la primera ermita a la nueva Virgen.
Juana de Arriarán se convirtió en la beata del templo y con sus bienes levantó una casa adosada a la ermita, donde pasaba la temporada de abril a octubre en compañía de otras amigas suyas atendiendo a los peregrinos. Los historiadores la presentan como la heroína que consagró a Arantzazu su vida y con su diligencia adquirió tal fama el Santuario en 20 años que ella misma se encargó de buscar una orden religiosa que se instalara en la Iglesia.
La primera en asentarse fue la orden de la Merced. Luego custodiaron la virgen franciscanos, jerónimos y dominicos y desde entonces hasta la exclaustración de 1840 y desde la restauración hasta ahora, los franciscanos han sido los únicos guardianes. Diferentes edificios religiosos han ocupado este emplazamiento, que se ha visto asolado por numerosos incendios.
Según fuentes parroquiales hace 500 años, el pueblo de Oñati solía celebrar al año dos peregrinaciones a Arantzazu: el día de San Bernabé y el día de la Asunción. «Participaba un miembro de cada familia o de cada casa como mínimo junto a una cuarentena de penitentes».
Los tiempos han cambiado pero la romería sigue presente en la tradición oñatiarra y siguiendo esta arraigada costumbre numerosos peregrinos accederán el martes al santuario ya sea a pie, en coche o autobús.
El programa despertará a las siete de la mañana con la peregrinación. A esa hora los primeros miembros de la comitiva partirán desde la Parroquia de San Miguel. Los más madrugadores se reunirán con el grueso de los caminantes a las ocho, en Zapata, para ascender juntos en oración hasta el Santuario. Los primeros peregrinos llegarán hacia las 9.15, pero durante toda la mañana el goteo de caminantes en la carretera que une el casco urbano con el Santuario será constante. Habrá misas a las 10, 12.00, 13.30 y 18.30 horas
Arantzazu en cinco siglos ha crecido en hondura y expansión, se ha convertido en un punto de encuentro religioso, cultural, artístico y naturístico, y el martes en su día grande quiere volver a aunar, tradición, identidad y porvenir. Es un día muy especial para la comunidad franciscana que anima a la gente a disfrutar de Arantzazu en todas sus vertientes.
Para los más devotos está claro, es un milagro. Otros aluden a la resistencia y pequeño tamaño a de la imagen ( tiene 36 centímetros), que es de piedra policromada. Sea lo que fuere, la patrona de Gipuzkoa, que se conserva tal y como el pastor Rodrigo de Balzategui la encontró hace más de cinco siglos, festeja pasado mañana su gran día, y aunque la celebración ya no tiene el arraigo de antaño, la fiesta está servida.
Hasta la carretera, se ha puesto 'guapa' para la ocasión. La regeneración del firme que la Diputación ha llevado a cabo, entre los puntos kilométricos tres y ocho con un presupuesto de 568.000 euros alcanzan su recta final. Así que tantos los caminantes, como los que acudan en vehículos particulares podrán apreciar ya la desaparición de algunos baches, socavones y desniveles en el asfalto.
Aunque el verdadero milagro para muchos sería, que se hiciese un vial que contemplase una especie de bidegorri o carril para caminantes, para que la gente que sube y baja andando, lo haga con seguridad. «Además de un foco religioso, Arantzazu es una de las principales puertas de entrada al Parque Natural de Aizkorri y un referente artístico y espiritual, viene gente de toda la provincia andando, qué lugar mejor para hacer un bidegorri» es una de las frases más habituales.
El martes, el trasiego está asegurado, aunque el hecho de que se no sea festivo provincial, hace que no se esperen aglomeraciones. Sí estarán nuevamente las primeras autoridades de la política vasca, aunque sin actos protocolarios. Salvo contratiempos de agenda de última hora, está confirmada la presencia del lehendakari Urkullu, así como del diputado general Garitano y otros miembros del gabinete foral.
Todos ellos serán saludados por el gobierno municipal a las 11.45 horas en el exterior de la Basílica pero sin ceremonias oficiales. El gobierno municipal de Bildu y los representantes forales visitarán en Gandiaga Topagunea la exposición de esculturas 'Amets-Kabi' y se reunirán con los franciscanos, pero no asistirán a la misa mayor que oficiará el obispo Munilla al mediodía. Si acudirán al templo el lehendakari Urkullu y los ediles oñatiarras del PNV junto a cientos de fieles.
Más de cinco siglos
El origen de la devoción a la Virgen de Arantzazu se remonta a cinco siglos atrás. Los promotores del culto fueron la Cofradía de Arantzazu y la beata Juana de Arriarán. La Cofradía estuvo integrada inicialmente por vecinos de Mondragón y de Oñati quienes facilitaron el acceso al lugar del hallazgo de la imagen, mejorando el camino de herradura que pasaba muy cerca del recinto sagrado y abriendo entre peñas la peligrosa bajada del mismo.
Los arrasatearras abandonaron la orden antes de 1491 para evitar rivalidades y los oñatiarras quedaron solos y bajo la guía de la villa, que optó por levantar la primera ermita a la nueva Virgen.
Juana de Arriarán se convirtió en la beata del templo y con sus bienes levantó una casa adosada a la ermita, donde pasaba la temporada de abril a octubre en compañía de otras amigas suyas atendiendo a los peregrinos. Los historiadores la presentan como la heroína que consagró a Arantzazu su vida y con su diligencia adquirió tal fama el Santuario en 20 años que ella misma se encargó de buscar una orden religiosa que se instalara en la Iglesia.
La primera en asentarse fue la orden de la Merced. Luego custodiaron la virgen franciscanos, jerónimos y dominicos y desde entonces hasta la exclaustración de 1840 y desde la restauración hasta ahora, los franciscanos han sido los únicos guardianes. Diferentes edificios religiosos han ocupado este emplazamiento, que se ha visto asolado por numerosos incendios.
Según fuentes parroquiales hace 500 años, el pueblo de Oñati solía celebrar al año dos peregrinaciones a Arantzazu: el día de San Bernabé y el día de la Asunción. «Participaba un miembro de cada familia o de cada casa como mínimo junto a una cuarentena de penitentes».
Los tiempos han cambiado pero la romería sigue presente en la tradición oñatiarra y siguiendo esta arraigada costumbre numerosos peregrinos accederán el martes al santuario ya sea a pie, en coche o autobús.
El programa despertará a las siete de la mañana con la peregrinación. A esa hora los primeros miembros de la comitiva partirán desde la Parroquia de San Miguel. Los más madrugadores se reunirán con el grueso de los caminantes a las ocho, en Zapata, para ascender juntos en oración hasta el Santuario. Los primeros peregrinos llegarán hacia las 9.15, pero durante toda la mañana el goteo de caminantes en la carretera que une el casco urbano con el Santuario será constante. Habrá misas a las 10, 12.00, 13.30 y 18.30 horas
Arantzazu en cinco siglos ha crecido en hondura y expansión, se ha convertido en un punto de encuentro religioso, cultural, artístico y naturístico, y el martes en su día grande quiere volver a aunar, tradición, identidad y porvenir. Es un día muy especial para la comunidad franciscana que anima a la gente a disfrutar de Arantzazu en todas sus vertientes.
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