jueves, 18 de abril de 2013

Trauti.Rafael Kortabarria



«Suprimir las barreras es una necesidad para algunos y una mejora para todos»


18.04.13 - 00:12 - :: MARIAN GONZALEZ

Detalles importantes. Rafael en uno de los accesos a la parroquia que se ha mejorado. :: MARIAN

OÑATI.Todos podemos ser discapacitados. La vida cambia y la gente tiene accidentes, va perdiendo vista, movilidad ... Nos puede pasar a todos. Uno puede ser, incluso, un discapacitado temporal. Lo sabe quien se ha roto una pierna y anda con muletas o quien necesita una silla de ruedas, pero también quien conduce una sillita infantil o los ancianos. A Rafael Kortabarria, presidente de Trauti, la vida le cambió hace 20 años cuando por culpa de una retinopatía diabética perdió la visión, y desde entonces ha librado mil y una batallas en pro de la supresión de las barreras arquitectónicas. Ahora tiene compañeros de cruzada, ya que junto a otros oñatiarras que tienen algún tipo de discapacidad sensorial, psíquica o física ha constituido Trauti para poder moverse sin molestar a nadie, como cualquier otro oñatiarra, y poder ser independientes.




-El martes se celebró la primera asamblea general de Trauti ¿Cómo y porqué nace la asociación sin barreras?



-El objetivo es agrupar a todos los oñatiarras que tienen alguna discapacidad sensorial, psíquica o física y pelear juntos para que el pueblo sea accesible para todos. Nos constituimos oficialmente el pasado mes de octubre, pero en 1998 ya teníamos logotipo e intenciones, aunque Trauti no terminó de arrancar. El año pasado por estas fechas retomamos el proyecto, y tras superar una serie de trámites administrativos nos constituimos oficialmente en otoño. Hasta entonces cada uno íbamos por libre en nuestras peticiones al Ayuntamiento. Yo defendía a los invidentes, que somos una docena, Mikel Etxezarreta a los que van en sillas de ruedas... y así era más difícil avanzar.



-¿Que balance hacen de sus primeros pasos?



-Hasta ahora muy bueno. Solemos tener una reunión mensual más o menos en el Ayuntamiento con los técnicos y responsables de urbanismo. Muchos proyectos se redactan siguiendo criterios de accesibilidad, pero para que realmente ésta sea real, hay que sentir esas barreras arquitectónicas. Una acera puede ser accesible, pero supone una barrera para un ciego porque no tiene ninguna referencia en el asfalto que la delimite, son pequeños detalles, que no suponen un incremento económico, si el proyecto contempla las medidas correctoras. Las cosas pueden hacerse mejor, pero para facilitar la vida de quien tiene problemas de accesibilidad esos asuntos deben primero conocerse, y eso es lo que tratamos de hacer. No corren buenos tiempos para las arcas municipales, pero el Ayuntamiento está sensibilizado, ha dado solución ya a un 30% de las carencias que detectamos, y esta semana mismo arrancan las obras de San Juan Kale. Es consciente de que suprimir las barreras es una necesidad para algunos y una mejora para todos.



-El día a día de personas que como usted tienen algún tipo de discapacidad es muchas veces una carrera de obstáculos ¿no?



-Subir la acera, cruzar un paso de cebra, beber agua de una fuente, aparcar un vehículo o acudir o subir a una casa o local público sin rampas o ascensor es una auténtica odisea para personas con distintos tipo de discapacidad.



Para los que van en silla de ruedas, por ejemplo, es muy difícil moverse por el cementerio. La gravilla de muchos pasillos es muy alta e impide la circulación, así que se va a rebajar de los 4 o 5 centímetros actuales a dos. También existe un problema de accesibilidad a la zona nueva , el acceso a los nichos tanto interiores como exteriores solo se puede hacer por escaleras, ya que el uso del montacargas está prohibido. El Ayuntamiento nos ha dicho ya que van a condicionar una rampa. Otro punto crítico, y delicado es el paso hacia Lezesarri entre Zahor y Ceur, que nosotros consideramos prioritario, y que también se va a mejorar.



Un seis de nota para Oñati



-La gente y las instituciones cada vez son más conscientes de los problemas que acarrean las barreras arquitectónicas. Oñati lleva ya una década dando pasos al respecto ¿cómo puntuaría del 0 al 10 el nivel de accesibilidad de Oñati?



-Con un seis. Es una localidad en la que se han hecho muchas cosas, pero que todavía tiene una gran labor por delante en la eliminación de barreras arquitectónicas. La plaza, por ejemplo, es inaccesible para un ciego. En Durango tienen una ordenanza en torno a las terrazas de los bares que estamos estudiando para ver si se puede adaptar a Oñati. Otro tema en el que suspendemos es en el de los aparcamientos de minusválidos. Se tienen que utilizar mejor y que haya más control. Delimitar que sean rotatorios y no garajes particulares. Además todos sabemos que hay familiares que abusan de las tarjetas, ésta es para ir con el disminuido, no para hacer un uso indiscriminado de ella. El tercer clavo ardiendo, serían los rebajes de las aceras, muchos se hicieron con la ley antigua, y las sillas eléctricas actuales, no pueden subirlos. La ley antigua dejaba hasta 4 centímetros y entre el ambulatorio y el polideportivo conseguimos que fueran de cota cero.



-Esta semana arrancan las obras de accesibilidad de San Juan Kale ¿cuáles son, a su parecer, las intervenciones prioritarias en adelante?



-Nuestro objetivo es que poco a poco todo el pueblo sea cien por cien accesible. Hay un plan que está dando sus frutos, y algunas actuaciones en cartera, como las que he señalado en el cementerio y la zona de Zahor. Luego se empezará en San Lorenzo, que tiene un importante núcleo residencial. La idea es intervenir desde el corazón hacia los costados en distintas fases. Para Trauti lo importante es que pese a la crisis se siga invirtiendo en accesibilidad, y sobre todo se la contemple en el día a día.

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